Armando Manzanero ‘logró lo que nadie’ por los compositores mexicanos

Los compositores mexicanos gozan de 100 años de derechos de autor gracias a la labor de Armando Manzanero Canché al frente de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), “algo que nadie ha logrado en el mundo”, precisó el poeta e investigador, Luis Pérez Sabido.

Para el académico, Manzanero no únicamente es el más importante compositor mexicano a partir de 1960 hasta nuestros días; sino el más importante compositor de música popular en español hasta el momento de su fallecimiento. “Es insuperable”, sentencia si tapujo alguno.

“Si pudiéramos dividir el siglo XX en dos partes, diríamos que la primera parte corresponde a Agustín Lara; y la segunda parte -y lo que va del siglo XXI- a Armando Manzanero”.

Según el investigador, la música del llamado yucateco universal trascendió, en primera instancia, a razón de la calidad de sus letras, lo que viene “de abolengo” en la canción yucateca, la cual considera la más destacada en la música mexicana.

“No porque lo digamos los yucatecos, sino porque tiene la estructura de la lied, es decir, son melodías a partir de poemas. En México Mediz Bolio, Rosado Vega y Patrón López le dan sus versos a Guty Cárdenas, a Palmerín y a Pepe Domínguez; y es así como surge la canción yucateca”.

A mitad de siglo, Ricardo Palmerín -recordó- comenzó a preparar a los propios compositores para que puedan escribir sus letras literarias; y de ahí vino Pastor Cervera, Juan Acereto y “Coqui” Navarro.

“De esa escuela viene Armando Manzanero. En su casa escuchaban la guitarra y su papá era el trovador de cabecera del presidente fundador de la Sociedad Palmerín, que era el doctor Próspero Martínez Carrillo, quien recibió a Armando y a sus hermanos al nacer”.

Virtuoso cocinero

Don Luis Pérez sabe de cierto que Armando Manzanero jamás se desvinculó emocionalmente de su tierra natal; y prueba de eso es que aquí (en Yucatán) viven sus cinco hijos, incluyendo al que nació en la Ciudad de México.

“Terminó con su primer matrimonio y después tuvieron una relación de mucha cordialidad. El amor por sus hijos y por sus nietos hizo que los venga a visitar con frecuencia. Aquí disfrutaba la comida yucateca; y además, es un magnífico cocinero, especialmente de mariscos”.

Revelando una faceta poco conocida del compositor, Pérez Sabido relató que él mismo experimentó sus dones culinarios, siempre luego de la pesca. Tras sus viajes por el mundo -consideró- aumentó su catálogo cultural, lo que se reflejó en su cocina. 

“Es uno de los grandes preparadores de aleta de tiburón. Yo lo sé porque soy amigo de Armando, mi madre y su madre eran amigas, vivíamos a cinco cuadras; y además de conocernos de niños, me musicalizó temas”, añadió.

Logró lo que nadie

Siendo don Armando presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), logró, a decir de Pérez Sabido, lo que nadie ha logrado en el mundo.

El derecho de autor en varios países se garantiza 25 años después de la muerte del compositor. En México se logra que los compositores puedan gozar de esos derechos 50 años después de muerto; y Manzanero Canché consiguió, durante el mandato de Ernesto Cedillo, que sean 100 años.

“O sea que los derechos de autor de una canción, después de muerto, cien años los van a gozar sus beneficiarios. Eso no existe en ninguna parte del mundo”, celebró Luis Pérez Sabido.

Ante dichos logros, la SACM se convirtió en el ejemplo de América Latina y el organismo que percibe los derechos de autor de las ejecuciones e impresiones de discos de todo el mundo; y la que liquida a través de sus tarjetas lo que les corresponde de regalías.

Yo sé que volverás

“Don Armando por naturaleza dormía pocas horas al día. Recuerdo ir a pescar con el cinco o seis veces y nos veíamos en Chelem a las 5 de la mañana, para lo que había que despertar a las 4 en Mérida, buscábamos al lanchero y nos íbamos en un vehículo con motor fuera de borda, frente a la playa”, rememoró don Luis.

Con actitud distraída y relajada, cuenta, Armando Manzanero entonaba a bordo algunas de las canciones que había hecho; mientras él le recitaba sus poemas. Es así como nació una de sus canciones más emblemáticas: Yo sé que volverás. 

“En una ocasión, por ahí de los años 80, le recité un soneto mío titulado Yo sé que volverás. Me dijo ‘repítemelo’; y cuando se lo repetí me dijo ‘me gusta, le quiero poner música’. Yo lo tomé como una cortesía, pero pocos días después me llamó su secretaria para recordarme que quedé en darle una letra”. 

Tras enviarle la misiva vía fax, un domingo, desde Cuernavaca, se comunicó Manzanero para avisarle que ya estaba lista la canción. Tocó algunos acordes que desataron la emoción de don Luis y finalmente dijo “claro”, como una epifanía. 

Tras hacerle llegar a Luis Miguel 110 boleros, el único tema del que no quiso prescindir fue precisamente Yo sé que volverás. “El Sol de México” ha dicho en entrevistas que esa canción le parece catártica, pues le hizo superar la angustia que tenía por la desaparición de su madre. 

“Por eso Luis Miguel nunca pudo cantarla en vivo, porque cuando la interpretaba, según contaba Manzanero, estaba al punto del llanto”, expuso.

La muerte de don Santiago Manzanero

Era octubre de 1987 cuando le llamó Armando Manzanero. Tenía un problema: se iba a una larga gira y su padre estaba muy enfermo, por lo que le pidió a Pérez Sabido que si algo pasara en su ausencia, tendría que encargarse de que la Orquesta Típica de Yukalpetén (OTY) acompañará “al viejo” -su padre- hasta su última morada.

“Para mí fue fácil hacerlo, me dirigí a las autoridades del instituto de Cultura, hablé con Herbé Rodríguez, yo era director de Cultura del ayuntamiento (de Mérida) para que me facilitara un minibús y conseguir eso. Se hizo”.

Don Santiago Manzanero falleció el ocho de noviembre; y platicando con la familia, se acordó que el funeral se llevará a cabo a las 13 horas en el cementerio general. Entonces citaron a la OTY en la antigua sede de Bellas Artes -sobre la calle 59- y se veló en la funeraria Pérez Rodríguez. 

“Eran las 11 de la mañana cuando llegó Armando con su esposa. Un día antes le avisaron y llegó en el primer vuelo, estuvo presente en los funerales de su padre, en el cementerio general, en donde le cantamos Flor de azahar, Las golondrinas y Mi tierra”, recordó.

Ahí convinieron que a don Santiago había que pasarlo al Monumento a los Creadores de la Canción Yucateca; y su traslado se llevó a cabo hasta el 20 de marzo del 2014. 

‘Sería un gran honor’

“Estando en el cementerio, le pregunté a Armando: ¿Cuándo llegue el tiempo, te gustaría estar junto a Palmerín, Pepe Domínguez Guty Cárdenas, Mediz Bolio, Rosado Vega? Y me dijo: “Sería un gran honor para mí”. De modo que ese 20 de marzo del 2014 ya sabían que las cenizas de don Armando reposarían en el Monumento. 

Cuando mueren personajes tan importantes se estila que una parte de las cenizas se quede en poder de la familia y otro depositado en el Monumento, pues sin cenizas no puede haber ceremonia. 

“Por eso las cenizas llegaron a Mérida y las tiene la familia. ¿Por qué no se le ha hecho un homenaje? Por la pandemia”, aclaró.

Para Luis Pérez, un gran homenaje implica que esté abierto el Teatro Peón Contreras; que la gente libremente pueda verlo, que se coloquen pantallas en la calle; que se invite a Rodrigo de la Cadena; María Medina; Los Juglares; la OTY; los que tuvieron vinculación personal con él; y al día siguiente, depositar las cenizas en el Monumento.

Sería este 7 de diciembre, según los cálculos de Pérez Sabido, que pudiera ocurrir este despliegue de cariño hacia el legado de don Armando Manzanero Canché; aunque eso, dependerá en gran medida de las condiciones sanitarias.

Edición: Elsa Torres