Los servicios que ofrecen agrupaciones de apoyo para familiares de alcohólicos, como Al-anon, han registrado un incremento en su demanda durante la actual pandemia. Pese a medidas como la Ley Seca y la restricción a la movilidad, una de las fundadoras de la agrupación asegura que la gente no ha dejado de llegar.
Hace 33 años, un grupo de mujeres que había sufrido los estragos del alcoholismo a través de sus familiares, decidió reunirse para compartir sus experiencias. Fue así como un 19 de enero de 1988 nace el grupo de Al-anon Recuperación es vida.
Antes de esto, ellas ya pertenecían a otra agrupación que contaba con numerosos miembros, es así como optaron por abrir un espacio en otra zona de la ciudad -la iglesia de San Judas Tadeo- para darle la oportunidad a más personas de beneficiarse del programa.
El programa de Al-anon consiste en ayudarse mutuamente, compartiendo sus experiencias, fortalezas y esperanzas de aceptación relativa al alcoholismo de alguna persona cercana, ya sea familiar, amigo o vecino, explicó Dulce, una de las fundadoras de la agrupación.
“Es mi caso, por ejemplo, estoy contagiada del alcoholismo de mi papá desde la niñez. Yo viví viendo el alcohol y para mí era normal que se beba, las peleas y demás. Posteriormente me casé con un bebedor y continué normalizando la situación”, detalló.
Así fue hasta que Dulce se integró a Al-anon luego de años de matrimonio, en donde aprendió que el alcoholismo se trata de una enfermedad; y que todo lo que había vivido durante su niñez y estaba viviendo en su matrimonio le causaba severas afectaciones emocionales.
“Entonces comencé a darme cuenta que yo no era responsable de esa enfermedad, que no la podía curar; y que el querer controlar la manera de beber de mi familiar me estaba llevando a un descontrol emocional y mental”, reconoció.
Dulce comprendió en Al-anon que esa no era su responsabilidad. Luego de los aprendizajes a través de las experiencias de sus compañeros y compañeras, es que aplicó el programa en ella misma y su vida comenzó a cambiar.
“Entonces comencé a centrarme en mí recuperación emocional, mental y espiritual. Empecé a percatarme de mis defectos de carácter, lo mal que estaba y eso me permitió corregirlo. Esa, para mí, es la esencia de Al-anon”.
Tras aceptar que el alcoholismo es una enfermedad que depende únicamente de la persona que bebe, poco a poco Dulce fue transformando las actitudes hacia sus familiares, contra quienes solía descargar su malestar por la situación que estaba viviendo.
A raíz de la pandemia más gente se ha acercado a ese y otros grupos, lo que podría traducirse en un aumento en el consumo de bebidas alcohólicas en la entidad, a pesar de medidas como la ley seca, que se estableció a fin de evitar reuniones sociales.
Acorde al Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, Yucatán lidera los casos de intoxicación alcohólica a nivel nacional. Tan solo el año pasado, la entidad registró 2 mil 444 casos de intoxicación aguda por alcohol: 2 mil 309 hombres y 135 mujeres.
Para conmemorar su aniversario, Recuperación es vida ofrecerá una sesión abierta vía Zoom este jueves 21 de enero; y el sábado 23. Se contará con la presencia de tres oradores tanto de Al-anon como de Ala-teen. Para acceder la ID de reunión es 20414336034; y el código de acceso es LOIS.
A quienes tienen problemas con el alcoholismo de alguna persona cercana o familiar, Dulce les exhorta a acercarse a Recuperación es vida, actualmente ubicado en la colonia Alemán. Para mayores informes se pueden comunicar con ella al 9993643309.
Edición: Elsa Torres
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