Empleados se niegan a ser cómplices

Texto y foto: Óscar Rodríguez
La Jornada Maya

7 de noviembre, 2015

Efraín Rivero Eúan, gerente estatal de Liconsa, fue denunciado ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) y ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Yucatán (JLCA), por enriquecimiento derivado de mal uso de recursos federales y acoso laboral contra varios empleados que se niegan a ser cómplices de sus “transas”, reveló a [i]La Jornada Maya[/i] Gualberto Baltazar Chi Chai, empleado de la dependencia.

En entrevista, el afectado indicó que desde su llegada, el delegado federal presumió ser protegido político de Mauricio Sahuí Rivero, actual titular de la Secretaría de Desarrollo Social del ejecutivo estatal, y ser coordinador de la campaña de la hoy diputada priísta Marisol Sotelo Rejón, durante el pasado proceso electoral.

Chi Chai explicó que no es el único afectado por Rivero Euán, pues cuando éste tomó posesión como gerente general de la paraestatal, Rivero Eúan comenzó a acosar laboralmente a varios empleados de la dependencia. El maltrato, según se señala en la denuncia ante la SFP, incluye a una empleada con un embarazo de alto riesgo que ha padecido gritos desmedidos y el despojo de su escritorio y silla de trabajo; otra es llamada a horas impropias y fuera del horario, como medida de presión por no haberse prestado a las insinuaciones sexuales del delegado.

En la denuncia se indica que Rivero Euán se refiere a los empleados de la dependencia como “sus esclavos” y que varios han sido obligados a renunciar. En su caso, el entrevistado indicó que su calvario comenzó luego que una de las personas de confianza del gerente, utilizado como mandadero para asuntos de corte político, fue detenido por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública por conducir en estado de ebriedad, por lo que fue multado.

Indicó que tras tal situación, se negó a seguir firmando las responsivas de las unidades, lo que motivó la ira del gerente, quien comenzó a acosarlo laboralmente, al grado de tenderle una serie de trampas a fin de despedirlo.

Narró que pese a tal acoso continuó acudiendo a su trabajo a checar de manera normal. Sin embargo, el pasado fin de semana fue interceptado por seis personas que le impidieron el paso e incluso llegaron a las agresiones, por lo que decidió retirarse del lugar.

Apuntó que este lunes acudirá de nueva cuenta a su lugar de trabajo y, en caso de que se le impida el acceso, ratificará su denuncia ante la JLCA, donde ya presentó una demanda por el acoso laboral de que ha sido objeto.