La Jornada Maya
Sandra Gayou y Emiliano Buenfil
Foto Rodrigo Díaz Guzmán
30 de septiembre, 2015
Cuando la gente sabe que eres de Mérida, surgen los clichés con los que se identifica a los yucatecos, es común escuchar: ¡Mare boxito!, ¡lo busco, lo busco y no lo busco! Se habla de cochinita pibil, panuchos, “los antiguos mayas” y “música yucateca”, aunque de todo esto no se tenga más que referentes sepias de una memoria añeja, de una Mérida idílica que se mantiene como careta, como postal de anaquel en un caro establecimiento de artesanías.
Existe otra Mérida, la contracultural, llena de tradición, de formas de expresión artística que crecen y se expanden, que han permanecido bajo la sombra de los llaveritos de cultura que vendemos al turismo; una Mérida musical multicultural y terca, que ha resistido a la falta de difusión, de apoyo del público, así como la carencia de espacios independientes, negación de las autoridades, la ineficiencia de promotores, intereses políticos y demás huracanes que la han azotado. A pesar de todo, existe en Mérida una escena local de corrientes diversas y alternativas, una basta y concisa historia que se cuela a todos los géneros que la habitan, haciendo una escena multicolor digna de escudriñarse hasta los cimientos.
[h2]Tradición metalera[/h2]
Fuera de Mérida, pocos saben que la entidad tiene una tradición rocanrolera con claras inclinaciones al metal desde hace más de 20 años y que desde hace más de 15 se toca reggae, hip hop, ska, punk, jazz, cumbia, electrónico y un sin fin de propuestas de fusión, además de la trova y de la jarana.
El paladín por excelencia de la resistencia contracultural ha sido Alejandro Escalante “Paxux”, quién por más de dos décadas ha trabajado para que, a través de su proyecto “Rockcultura”, las bandas cuenten con diversos foros para promover su trabajo. Hoy por hoy “Rockcultura” es una plataforma que cuenta con espacios en radio, televisión e internet para esta labor, además del “Rockultura Fest”, que año con año presenta lo más destacado del talento peninsular y bandas legendarias del rock nacional como “Botellita de Jerez”, en junio pasado.
A lo largo de estas dos décadas, grupos como Los niños suburbanos, Rikita Banana, Los Atómicos Astro Rumberos (hoy Astro de la Rumba), 42 Sur (hoy Ruta 42) o I & I, entre otros, han logrado posicionarse en el gusto del público yucateco, algunos de ellos han llevado sus propuestas fuera del estado; sin embargo, no han conseguido colocarse en el mercado de la música independiente en México.
[h2]Underground[/h2]
Entristece ese estado perenne de underground de las alternativas independientes y que a estas alturas se siga pensando que el rock es una moda, que se les siga “dando chance a las bandas”, que los apóstoles de la tradición no permitan que un movimiento tan importante se mezcle con la raíz y, peor aún, que las propuestas independientes no encuentren en la raíz, bases para un ramaje sólido y profundo.
Nos seguimos arrinconando a cierto tipo de foros y no nos permitimos el florecimiento de esta basta contracultura que tiene que reinventarse día con día, algunas veces resignarse con las migajas o, detrás de un gran escritorio. dejar los sueños por la supervivencia y convertir la pasión en un hobbie, haciendo de la vocación un recuerdo o emigrar a otras latitudes, donde seguro nos seguirán preguntando: ¿eres yuca? ¡Mare lindo, dime una bomba!.
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