Emiliano Canto Mayén
Ilustración: Chakz Armada
La Jornada Maya

Jueves 6 de agosto de 2015

La pureza es un ideal peligroso pues, mal encaminado, suele desembocar en la ignorancia y pervertirse en discriminación. El año de 1948 Alfredo Barrera Vásquez y Silvia Rendón publicaron en la editorial Fondo de Cultura Económica “El libro de los libros del Chilam Balam”. En la introducción general de esta obra, Rendón y Barrera afirmaron que los libros de Chilam Balam fueron redactados luego de la Conquista y que, a causa de esta circunstancia, su escritura, material y formato es occidental. En otras palabras, estos textos se escribieron con las letras del alfabeto latino y sus páginas se agruparon en pequeños cuadernos muy disímiles a las largas tiras que conformaban los códices precortesianos; además, en la introducción antedicha, los autores mencionados aseguraron que los libros del Chilam Balam tienen insertos pasajes de ciertas novelas españolas.

Luego de esta afirmación el silencio más abismal ha caído sobre estas páginas ignoradas del Chilam Balam y casi todos los estudiosos de la cultura indígena han pasado por alto este dato, apuntado por Barrera Vásquez y Rendón hace ya 67 años. El motivo de este mutismo se advierte a primera vista pues ¡cuán impolítico sería afirmar que los libros del Chilam Balam, aquellos que se definen como los documentos más prístinos y veraces de lo maya, se encuentran contaminados, infectos, por libros de caballería y novelas del Siglo de Oro!

En loor de la verdad, este prejuicio debe cesar de una buena vez. Recuérdese que los frailes franciscanos se propusieron con ahínco enseñar a los indígenas principales a hablar, leer y escribir en español. Esta labor magisterial respondió al deseo evangelizador de los seguidores del santo de Asís. Sin embargo, todos los humanos tenemos ambiciones íntimas, secretas motivaciones, y luego de que los discípulos aprendieron los caracteres del alfabeto latino, éstos tomaron el papel y la tinta europeos para pasar por escrito sus consejas, conjuros y tradiciones. Cabe destacar además que, dotados de un criterio más amplio e incluyente que el actual, los autores del Chilam Balam se dieron a la tarea de traducir a la lengua maya novelas españolas. Este es un caso único de traducción pues las narraciones hispánicas, al ser trasladadas a la lengua del Xiu y del Cocom, consisten en unos de los más tempranos casos de asimilación cultural. Este campo de estudio tendría más que encantados a antropólogos, bibliófilos, especialistas de los libros de caballería y del Siglo de Oro e historiadores del fenómeno literario. Aunque ¿cuáles son las novelas españolas del Chilam Balam? ¿El Amadís de Gaula, Las ejemplares de Cervantes, las rarísimas de Lope de Vega, El lazarillo de Tormes? Estamos en la ignorancia más absoluta.

Por fortuna, el año de 2011, Laura Caso Barrera en colaboración con Mario Aliphat Fernández publicaron el “Chilam Balam de Ixil” en versión facsimilar, con su correspondiente traducción y sendos estudios preliminares. De las páginas de Caso Barrera y de Aliphat Fernández se desprende que los autores indígenas del manuscrito de Ixil tuvieron acceso a la Biblia, a almanaques españoles y a ciertas versiones, tal vez de oídas, del Cantar Mío Cid. Al lector contemporáneo que hojee el Chilam Balam de Ixil traducido por Caso Barrera le fascina la explicación de los signos del zodíaco comentados en castellano y en maya y, al contemplar esta obra con detenimiento, uno piensa de inmediato en cuáles debieron ser los libros que los franciscanos trajeron consigo desde la península Ibérica, sus métodos de enseñanza y evangelización. También, inevitablemente, los autores del Chilam Balam de Ixil se erigen como verdaderos sabios que leyeron todo lo que tuvieron a su alcance y que lejos de cerrarse en posiciones prejuiciosas, valoraron lo útil del conocimiento occidental y emprendieron la labor de traducir a su idioma materno pasajes de la Biblia, del Zodíaco y de la terapéutica hispánica. Todo en su afán de enriquecer sus saberes tradicionales.

El trabajo de Caso Barrera y el estudio de Aliphat Fernández han abierto un camino renovado para el estudio de los libros del Chilam Balam pero aún falta una investigación que, superadas las fobias ideológicas, se centre en aquellas novelas españolas que traducidas al maya fueron incorporadas en el corpus general de los libros del Chilam Balam. Este trabajo, aún en el tintero, demostrará que en el ámbito del conocimiento, de la cultura y del saber fueron más los puntos de contacto que las causas de conflicto habidos entre la cultura indígena y la hispánica. Por todo lo anterior, la ciencia solicita un cervantista que sepa maya a la perfección.

*Estudiante de doctorado en el Centro de Estudios Históricos del Colmex
Twitter @GacetaRara


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