Acuden los que son, lo que no serán y los que dejarán de ser

Eduardo Lliteras Sentíes
La Jornada Maya

Mérida
3 de agosto, 2015

La clase política de Yucatán, la vigente, la ya no tanto y la que está de plano fuera de los reflectores, ha tenido en menos de una semana dos oportunidades para buscar el roce, así como para salir en la foto “histórica” en medios y redes sociales: la llegada del nuevo arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, y el “sentido” adiós a la herrumbrosa sede del Legislativo estatal.

Estamos ante los relevos ineluctables de los poderes terrenales pero también espirituales, de vetustas y polvosas sedes que ceden el lugar a la Mérida que se proyecta hacia la megalópolis del futuro, con rapidez y ansias, más allá del nuevo círculo del poder: el periférico, vialidad elegida como asiento de esa imagen de modernidad que pretenden y quieren generar, en el imaginario social y político, quienes mueven y tejen los hilos del poder.

Ya se sabe: Los políticos necesitan de foros que les den sentido y les permitan “fraternizar”, pero también enviar el mensaje a la sociedad de que hay instituciones y gobierno, pese a la creciente crisis económica que no se sabe dónde irá a parar.

[b]Nostalgia y acercamientos[/b]

Lo dijo en días pasados el diputado Luis Hevia Jiménez, presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política: “En política hay que estar preparados para ser, para no ser y para dejar de ser”. El mismo orador lució con su discurso frases que sin duda apuntan a la unidad política en momentos en que son inocultables los movimientos electorales que vendrán para la sucesión de los gobiernos estatal y federal. De ahí la relevancia de la presencia del gobernador Rolando Zapata, Ivonne Ortega, Dulce María Sauri y Jorge Carlos Ramírez.

Dijo Hevia Jiménez: “Hoy hicimos a un lado las diferencias para clausurar un espacio que tiene los ecos de la historia”; “historia”, porque por sus pasillos y el salón de plenos “Serapio Rendón” –que se iluminó por última vez– desfilaron y fueron bendecidos muchos de esos políticos que acudieron a darle el último adiós al viejo recinto del Congreso.

Hevia Jiménez fue también aplaudido cuando dio amplio reconocimiento a los “profesionales del periodismo” y sus medios, por comunicar lo que ha pasado en esta “compleja fuente”, vital para el sistema republicano, según dijo.

Sin embargo, para muchos políticos es muy difícil no ser y aún más complicado dejar de ser. Como también para otros tantos comenzar a ser es una tarea para la que no estaban preparados, pero para eso existen los “asesores” y los jefes de comunicación, que serán vitales para intentar contener, otra vez, la fuerza panista y de las nuevas oposiciones, que antes no aparecían en el paisaje peninsular, como Morena, principalmente, y que ponen muy nerviosos a los priístas y los poderes fácticos que los apoyan.

La nostalgia se hizo presente en la última sesión celebrada en el salón “Serapio Rendón”, entre la mayoría de la clase política yucateca. Eso sí, no se vio al ganador y al perdedor de la elección por Mérida. Hablamos de Mauricio Vila y de Nerio Torres Arcila. En cambio, sí llegó, vestida de rosa, Ana Rosa Payán, para saludar al gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello.

Además del actual titular del Poder Ejecutivo se vio a cuatro ex gobernadores: Ivonne Ortega Pacheco, Dulce María Sauri, Federico Granja Ricalde y Francisco Luna Kan. Este último, ordenó construir durante su mandato la sede del Congreso, que será demolida.

Entre los presentes se vio al diputado federal electo, Jorge Carlos Ramírez Marín, quien posiblemente será el líder de la bancada priísta en San Lázaro, debido a su experiencia como tribuno y quien, por cierto, en declaraciones a los medios de comunicación, se descartó para presidente del PRI nacional.

Entre los rostros conocidos figuró el del diputado federal saliente Mauricio Sahuí, quien en numerosos actos ha estado muy cercano al mandatario local, posando para la foto, por lo que se especula si podría llegar a la Sedesol estatal, conocido trampolín para la candidatura a la gubernatura de 2018, a menos que en ese puesto se reactive a Víctor Caballero, como se comentó en los pasillos.

Quien reapareció en la escena política fue don Nerio Torres, saludando efusivamente y platicando que ha estado enfermo.

[b]Queremos mantener Yucatán[/b]

El cambio de sede del Congreso yucateco provocó reacciones a favor y en contra de actores políticos, quienes durante el acto de clausura de este edificio también emitieron opiniones sobre temas relacionados con la entidad, recogidos por nuestra compañera reportera Verónica Camacho.

“Espero que la austeridad sea un sello característico de la próxima Legislatura. El país pasa por una crisis extraordinaria y me pregunto si los recursos utilizados para el nuevo edificio no podrían haber sido para algo mejor”, cuestionó Ana Rosa Payán Cervera, alcaldesa en los periodos 1990-1993 y 2001-2004.

Del trabajo de la diputación anterior, indicó que le pareció “muy light, por decir lo menos”, entre otras cosas por la falta de sensibilidad al aprobar de forma unánime al nuevo presidente de la Comisión de los Derechos Humanos.

Celebró la participación femenil en la nueva Legislatura, en la que 12 de los 25 diputados serán mujeres, “aunque esto sea muy a fuerza, por las leyes que obligan a los partidos políticos a tener 50 por ciento de las candidaturas. ¿Por qué debe haber una ley que obligue a darnos espacios y no sólo por voluntad de los ciudadanos y por capacidades”?

Parte de la atención del acto la acaparó la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, quien expresó cierta nostalgia por la clausura del recinto legislativo.

Sobre los tres primeros años de la administración de Rolando Zapata Bello, indicó que lo ve comprometido con el estado, “con su gente, trabajando todos los días incansablemente; por supuesto son muchos los problemas que tiene Yucatán”.

Señaló que su papel en la próxima Legislatura federal dependerá de si el presidente del PRI, César Camacho Quiroz, buscará la dirigencia de la bancada priísta, pero que de lo contrario ella estaría en la posición de aspirar a ese sitio.

Interrogada sobre su relación con los partidos que ocuparon nuevos espacios, como Morena y Movimiento Ciudadano, comentó: “todos los que tienen la oportunidad de ocupar un cargo legislativo están trabajando para que le vaya bien al estado; los recursos que se gestionan en la Cámara de Diputados benefician a todos los yucatecos, independientemente del partido que gobernó”.

Reconoció que para 2018 todos los institutos políticos buscarán ganar las elecciones, “y en el caso del PRI, queremos mantener Yucatán”.

Dulce María Sauri Riancho, quien gobernó la entidad de 1991 a 1993, reconoció que el edificio que ocupó el Congreso del estado por 34 años para ella está lleno de recuerdos políticos y personales.

[b]Nuevo espíritu de servicio[/b]

En torno a la labor de la nueva Legislatura dijo esperar “mucho; que no sólo sea un nuevo edificio, con muy buenas condiciones, que por cierto no tenía este recinto, sino también que tenga un nuevo espíritu de servicio para los yucatecos”.

Sobre el trabajo del gobernador, lo calificó de serio, sereno y sólido, “me gusta un gobernador de tres eses”.

Indicó que el PRI tiene un reto enorme para competir con éxito en 2018, “no podemos irnos solamente con haber ganado los cinco distritos federales, 13 de los 15 locales, hay que hacer un análisis sereno de lo que sucedió en los municipios”.

Por su parte, Ramírez Marín señaló que el cambio del edificio del Congreso del estado esta lleno de nostalgia; sin embargo, dijo, hay que modernizarse y progresar”.

Agregó que el siguiente período deberá ayudar y contribuir a que las leyes sean más equilibradas; “pero sobre todo a que hombres y mujeres estemos a la altura de lo que el país nos reclama”.

Consideró que en las pasadas elecciones al PRI “le fue muy bien y auguró, además, buenos resultados para su partido rumbo a los comicios de 2018.