El arzobispo de Yucatán visita a reclusos en el Cereso de Mérida

Paul Antoine Matos
La Jornada Maya

03 de agosto, 2015

Ante el aumento de la criminalidad se debe ir a la raíz de los problemas sociales que la generan, afirmó Gustavo Rodríguez Vega, arzobispo de Yucatán, durante la visita que realizó al Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mérida, el viernes pasado.

Señaló que sociedad e Iglesia deben ayudar a los internos a encontrar el perdón. La primera, con las penas que dicta la ley, como la pérdida de la libertad, y la segunda, por medio de Dios.

Sostuvo que “el perdón de Dios no espera, puede ser inmediato para quien lo busca”, y recordó el pasaje bíblico del buen ladrón, quien encontró la misericordia tras aceptar que era un pecador.

Rodríguez Vega recorrió las instalaciones del Cereso, preguntó a los internos sobre su vida, los escuchó con atención, visitó la zona donde los presos elaboran hamacas y practican deporte, y luego emitió un mensaje en el auditorio.

Los reclusos presentaron el tradicional juego de pelota maya Pok ta pok y después el interno Édgar Eduardo González Calleros, [i]Nano el Cenzontle[/i], interpretó un rap de su autoría titulado [i]Quien diría[/i], en el que narra su experiencia en el penal. Explicó que la dedicó a sus compañeros, quienes se han arrepentidos de sus errores y se sienten solos.

“Me salió del corazón, como desahogo para plasmar lo que sentimos aquí. Muchos estamos entregados a Dios y en ocasiones no lo encontramos en nosotros, pero él (arzobispo) viene a transmitir paz y fe”, señaló Nano, quien dijo sentirse honrado por la visita del prelado.
El arzobispo instó a González Calleros y a sus compañeros a seguir creyendo en Dios, en quien encontrarán un amigo que los fortalecerá.

[b]“Del cielo a la Tierra”[/b]

Rodríguez Vega afirmó que se deben conocer las condiciones sociales que provocan la desesperación de la gente, que ha ocasionado que se fomente la criminalidad en ciertos sectores de la sociedad yucateca.

“Hay que ir a las raíces que están detrás del crimen”, agregó, las cuales se encuentran en la desesperación de la gente que, ante la pobreza, busca salidas falsas y pierde valores.

Consideró que debe mantenerse el sistema penitenciario para quienes han cometido un delito, así como las tareas de prevención para evitarlo. Una mejor distribución de la riqueza, más espacios para la salud física y espiritual, y deporte, deben ponerse al alcance de los más pobres para superar las condiciones inhumanas en que viven, agregó.

Como líder del catolicismo en Yucatán, el arzobispo explicó que su papel es promover la justicia y la caridad. La primera está en manos de los gobernantes y la Iglesia debe impulsar que se conozca la verdadera justicia y promoverla en todos los estratos, comenzando en la familia.

Consideró que los riesgos que enfrenta la sociedad son la pérdida de valores, alejarse de Dios y de lo humano, y dijo que la educación en la familia, la Iglesia y las escuelas es fundamental para cambiar la mentalidad de niños y jóvenes y rescatar el planeta.

Indicó que la diferencia entre los penales de Nuevo Laredo y Mérida “es del cielo a la Tierra”, porque los ciudadanos de aquella ciudad vivían bajo el azote de la delincuencia y el crimen organizado; añadió que en Yucatán atenderá la pobreza y la desigualdad social.

Más adelante destacó que en todas las culturas hay valores, inclusive en las que practicaban sacrificios humanos, y dijo que no las considera salvajes.

Durante su primera misa como arzobispo, celebrada el miércoles pasado, Rodríguez Vega señaló que la maya es una cultura valiosa y con un concepto “elevadísimo” de Dios, por lo que debe conocerla con más profundidad.

Sostuvo que cuando los antiguos mayas efectuaban sacrificios humanos, lo hacían porque para ellos Dios merecía lo mejor, y lo mejor del mundo es la vida. “Ahora debemos realizar otros sacrificios, por medio del altruismo, para cumplir con la voluntad de Dios”.