Se dividen los grupos de poder del PRI

Verónica Camacho Chávez
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

9 de julio, 2015

El antropólogo Efraín Poot Capetillo, coordinador del Centro de Investigaciones “Hideyo Noguchi”, de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), sostiene que a pesar de que Yucatán registró los niveles más altos de participación en las elecciones del pasado 7 de junio –como es habitual– los resultados para el Partido Revolucionario Institucional fueron mixtos.

Por una parte, el PRI obtuvo mayoría en el Congreso local, pero por otra, no solo perdió las elecciones municipales en la capital, “la joya de la corona”, como se conoce popularmente al Ayuntamiento de Mérida, sino también en los otros dos municipios principales de Yucatán,
Progreso y Valladolid.

En entrevista con La Jornada Maya, para analizar el escenario postelectoral, Poot Capetillo, autor del libro De partido opositor a oposición de gobierno: el PAN en Yucatán, se refiere al PRI no como el nuevo partido que proclama su propaganda sino a un “viejo PRI”, con prácticas del pasado: “El PRI es el PRI y siempre va a buscar el voto a través de la dádiva y la coacción”.

La vieja maquinaria corporativa, sin embargo, ya parece no funcionar como antes.“Las estructuras corporativas ya no son tan eficaces en Mérida, como en el interior del estado”.Cita como ejemplo el caso del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV), que se reafilió a la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), la cual en el estado está dirigida por Manuel Enríquez, un ex líder estudiantil de la Nueva Federación Estudiantil Universitaria (NFUUADY).
Sigue siendo el semillero de los juveniles del PRI en las zonas rurales, pero no es operante en la capital”. Otro ejemplo es el descontento entre los agremiados del FUTV, porque siguen siendo manejados como socios, pero no tienen placas, seguros, ni prestaciones.Más aun, en las elecciones los obligaron a pagar no sólo su derecho de placa, sino también un derecho sobre el uso de la combi, es una estructura muy pesada y castigada para los trabajadores”, comentó.

De acuerdo con los resultados de la elección intermedia del 7 de junio, Yucatán fue el estado con la mayor participación en el país, con el 70.25 por ciento del listado nominal (un millón 9 mil 348 votos). El PRI ganó los cinco distritos federales y obtuvo 13 de los 15 distritos locales, con lo que cuenta con el 52 por ciento de la integración del Congreso local.

Pese a ese dominio del tricolor, el candidato del PAN en la capital, Mauricio Vila Dosal, le ganó a su contrincante priista Nerio Torres Arcila. En Progreso, el abanderado de Partido Nueva Alianza, José Isabel Cortés Góngora, venció a la priista Jessica Saidén Quiroz. Y el caso más notable, porque rompió la hegemonía histórica del tricolor, la candidata de MORENA, Alpha Tavera Escalante, venció a Mario Peniche Cárdenas en Valladolid.

[b]Corporativismo [/b]

El analista de la Universidad Autónoma de Yucatán recordó que durante el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco se reforzó el corporativismo a través de los sindicatos y agrupaciones afines al PRI, mientras que en la administración anterior, del panista Patricio Patrón Laviada, éstos grupos “coquetearon” con la idea de tener un trato directo y privilegiado con el PAN, entre ellos Pedro Oxté Conrado, líder de la CROC Yucatán. Por su parte, la ex gobernadora Ortega Pacheco renovó esos sindicatos poniendo gente afín en las dirigencias. Esto funcionó en el interior del estado, excepto en la capital, donde se ha ido debilitando.

Sobre la derrota del candidato del PRI a la alcaldía de Mérida, señaló Poot Capetillo que lo que pesó en Nerio Torres fue el hecho de que no haya ocupado cargos de elección popular. “Y la sombra de su papá, quien no deja de ser uno de los principales protagonistas del cerverismo, asociado a métodos violentos y a la explotación laboral”.

El antropólogo indicó que existen tensiones y división entre los grupos de poder en el PRI. Es el caso de los resultados electorales en Progreso, donde por un lado está la familia Zacarías, con gran poder económico, y por otro lado estaban los Blanco Pajón. “Aquí lo significativo es que todos aquellos que veían al PRI como la única opción para acceder al poder, ahora ya entendieron que pueden hacerlo sin el PRI”.

En el caso de Valladolid, el Revolucionario Institucional perdió por primera vez en su historia, aunque en apariencia “el priismo ha gozado de buena salud, las familias más importantes, con mayor poder adquisitivo son las que están más relacionadas al priismo, como la de Liborio Vidal, y él es quien ha obtenido un prestigio y fama como cacique ejidal, incluso en las comisarías, porque de pronto gente humilde le pide préstamos y se los proporciona no como autoridad, sino de forma comercial, por eso ha mantenido a la gente de manera clientelar”. “Alpha Alejandra Tavera Escalante, la próxima alcaldesa de Valladolid, es profesora y los docentes son apreciados en esta región, además de estar muy ligada al grupo de Liborio Vidal, que en su momento militó y fue diputado federal por el PRD; se lanza por la alcaldía por parte de MORENA, que suma por las simpatías hacia Andrés Manuel López Obrador, se configura algo más allá, son votos de gente que tal vez ve en las opciones de izquierda, primero por el PRD y ahora en MORENA, como una continuidad de ese reformismo social que ya el PRI no tiene y que ahora es más neoliberal”, señaló el especialista.

[b]Hechos violentos[/b]

Sobre los hechos violentos que se registraron de manera aislada durante la jornada electoral –con dos muertos en Temax– refirió que una de las explicaciones sobre estos sucesos es que estas elecciones no tuvieron un cuidado estratégico, como sí las tienen los comicios para gobernador, donde se cuida mucho que todos acaten los lineamientos oficiales.“Se les fue de las manos. Es una muestra de cómo la dirigencia del PRI dejó en libertad de actuación a los municipios y cómo éstos, junto con los mandos medios, pensaron que de alguna forma podrían inhibir la votación de su adversarios”. Por último, el investigador de la Autónoma de Yucatán apuntó que a esto se sumó la ley electoral local, mucho más permisiva que la federal a la hora del conteo de los votos. “Hubo una gran confusión de cómo contar los votos, retraso en la toma de acuerdos del organismo local y tardía preparación de cómo los funcionarios de casilla iban a actuar. Esto generó tensión”.