Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida
9 de junio, 2015

La delgada línea entre las disciplinas artísticas parece por momentos disolverse en la musicalidad de algunos pintores. Como cuando una escultura danza, o una danza pinta.

El pasado 5 de junio se inauguró la exposición individual “De lo terrenal” del pintor oaxaqueño Luis José, en la galería Santa Lucía del Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales- UNAM.

Luis José, su pintura, toma del rito musical no sólo los temas de sus cuadros o el ritmo depositado en cada pincelada, sino que también toma de la música y su ritualidad, la necesidad de comunión, la sagrada sed de compartir, la fiesta.

Luis José, con 40 años de carrera y creador de una obra que se ha expuesto en países como Japón, Polonia o Grecia, no pierde la sencillez y el trato amable de quien ama su trabajo. Halló una galería atestada por jóvenes estudiantes dispuestos a escucharle atentamente.

Ya sea en la libertad de un violín o en la dignidad de quien traga fuego para ganarse la vida, está
impresa en su pintura la magia de lo cotidiano, el ritmo de la creación, del cual todos somos participes. Por eso le entendemos, porque podemos reconocernos en sus cuadros.


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