Editorial elecciones de Mérida

La Jornada Maya

7 de junio, 2015

Para muchos no será noticia que Mérida continúe siendo gobernada por el Partido Acción Nacional, como sugiere el cómputo del PREP hasta ahora. Lo inesperado es la ventaja clara que desde el momento en que el PREP dio inicio, obtuvo su candidato Mauricio Vila Dosal. Se esperaban vaivenes e intercambios entre el candidato del PAN y el del Partido Revolucionario Institucional, Nerio Torres Arcila, en la delantera de la votación.

El fenómeno que llama la atención, sin embargo, es el éxito de Movimiento Ciudadano y Morena. La candidata del primero, la ex panista Ana Rosa Payán Cervera, quien fuera acusada por Carlos Carvajal, el candidato del PRD, durante el llamado debate organizado por la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT) de hacerle el “trabajo sucio” al PRI. No fue el único que lo afirmó. Pero ante el panorama, al Revolucionario no le llegaron unos votos con los cuales contaba de antemano. Entonces, ¿a quién le quitó votos Ana Rosa? Todo parece indicar que, sin duda, fue al PRI. Para desgracia de Carlos Carvajal, el electorado tampoco confió en su partido y Movimiento Ciudadano logró en una elección enviar al PRD prácticamente al sótano de las preferencias electorales en Mérida. Si hubo una operación “Caballo de Troya”, esta tuvo el efecto contrario al planeado.

Otra llamada de atención la ofrecen Gilda María Aké y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), quienes alcanzaron sin mayor problema el porcentaje necesario para mantener el registro. Esto a pesar de la prácticamente nula presencia en los medios electrónicos y de no haber asistido al debate de la CIRT. Para una campaña realizada con muy pocos recursos, literalmente hecha al ras del suelo, el resultado es excelente. La izquierda yucateca cuenta ya con una organización fresca, ante el desplome del Partido de la Revolución Democrática. Ahora faltaría que se consolide como opción.

Previo a la jornada electoral, llegamos a suponer un panorama mucho más reñido que incluso reflejara un empate técnico. Dado que las casas encuestadoras suelen calificar a Yucatán como una entidad donde es harto difícil dar un resultado confiable, al grado de no presentar ninguna propuesta para realizar encuestas de salida, y con la cantidad de propaganda que ambos partidos colocaron en la ciudad, no era descabellado esperar una elección muy competida.

Sin embargo, los números están ahí, empujando hacia atrás el despliegue de la estructura priista denunciado cotidianamente: las camisetas de “Yuca feliz” han resultado una extraña contradicción para sus portadores. Las casas amigas con su generosa oferta de tortas y refrescos; la entrega de jarras de plástico, camisetas y mandiles casa por casa; la colocación de mantas y espectaculares por toda la urbe, y los registros de los kilómetros caminados fueron una inversión desproporcionada para la cantidad de votos obtenidos. A la ciudadanía, esto no le importó.

Quedaría en el aire si lo que en realidad triunfó fue la campaña negativa del PAN, especialmente la labor en redes sociales, donde sus simpatizantes se dedicaron a recordar el paso de Nerio Torres Arcila por el ISSTEY. En una campaña donde las propuestas estuvieron ausentes, una respuesta en sentido afirmativo indicaría únicamente que el electorado se inclinó por el menor de los males. Quedará entonces en manos de Mauricio Vila, quien tiene como ventaja una trayectoria política y empresarial libre de escándalos.

Vila cuenta ahora con un capital político importante. No sólo estará en la posibilidad de reelegirse en el cargo en 2018, sino que se coloca también en la carrera por la gubernatura, luego de una victoria tan clara. Ahora deberá prepararse para el desgaste al que le pueda exponer su planilla de regidores, que es donde se ven los compromisos que contrajo al interior de su partido, especialmente en el manejo de situaciones críticas que deberá asumir al ocupar formalmente la presidencia municipal, como el embargo de las cuentas del Ayuntamiento y el caso de las luminarias y la empresa AB&C Leasing.

Mientras tanto, Mérida continuará siendo la joya, azul, de la corona.