La pesca del pepino de mar, tras bambalinas segunda parte

Verónica Camacho Chávez
La Jornada Maya

25 de mayo, 2015

Dzilam de Bravo

El pepino de mar es un marisco equinodermo, clasificado como [i]holothuroideo[/i] y que se encuentra en riesgo de extinción por la fuerte depredación y por la pesca furtiva que genera su alta demanda en países de Oriente y Europa. A cuatro días de que concluya la temporada de la captura del pepino de mar en las costas de Yucatán, que inició del 24 al 30 de abril y que se amplió del 15 al 29 de mayo, se han registrado al menos 5 fallecimientos de los buzos por descompresión. ¿Qué hay tras el dinero rápido y la euforia por conseguir el máximo de cargamento de pepino de mar? ¿Qué ocurre en nuestra costa alrededor de este marisco tan preciado que se cobra varias vidas cada año? ¿Qué sucede tras bambalinas?

Las condiciones de los pescadores de pepino de mar son muy duras. Ayer recordamos los riesgos de salud a los que se exponen cuando se abre la veda y en este reportaje ahondaremos en las condiciones de trabajo que aún persisten a pesar de las carencias evidentes.

Ángel Cabrera, uno de los líderes de los pescadores de Dzilam de Bravo, señaló que no existe control, pues el día que se tomaron los buzos para descansar, después del fallecimiento de uno de ellos, se dedican a tomar, a fumar, y eso desgasta el cuerpo.

“Se duermen a las 2 de la mañana; a las 5 se están levantando. Sólo duermen tres horas; no comen bien, no duermen bien, cómo van a rendir”, dijo.

Comentó que el pescador que falleció esta semana vivía con su familia debajo de una lancha. “Tenía un bebé de seis meses; estaba trabajando a 60 millas del puerto, al oriente de Rio Lagartos, y buceó dos horas. Una noche había tomado; cuando salió del mar decía que le faltaba aire; ya no aguantaba, no quería que ni lo tocaran. Falleció a las 3 de la mañana.

“Hay un buzo que tiene 63 años; no tiene ninguna descompresión. A las 8 de la noche ya se durmió; a las 5 de la mañana se levanta a preparar su desayuno. No trae mucho; 80, 100 kilos; a las 3 de la tarde ya esta regresando del mar”, relató.

Además, no cuentan con equipos para hacer bien este trabajo. Colocan mangueras a barriles de cerveza que se usan como tanques de oxigeno; “no tenemos ni los filtros ni los compresores adecuados”.

Señaló que gastan alrededor de 13 mil pesos en el equipo improvisado para bucear. Un equipo profesional cuesta alrededor de 25 mil pesos.

Indicó que venden a la congeladora Hulkim el producto facturado, que lo exporta.

Ángel Cabrera explicó que un pescador gana según lo que saca del mar. Por ejemplo, cuando traen 300 kilos reciben de 2 mil a 2 mil 500 pesos, y los que se van lejos sacan 6 o 9 kilos; obtienen hasta 6 mil pesos por viaje. “Entre más profundo, más riesgo”.

“El pepino lo estamos alejando. La primera temporada salías a 3 brazas y traías 400 kilos; a la una, dos de la tarde ya regresaban con las neveras llenas. Ahorita vienen a las 5 de la tarde con 100, 150 kilos; pienso que si no se descansa eso, ya no va a haber”.

Comentó que la misma gente que trabaja en esta temporada es la que realiza la pesca furtiva todo el año. “Terminan de sancochar, lo meten en bolsas negras y se lo llevan”.

El buzo señaló que los chinos “todo quieren comprar. Llegan aquí y hasta las estrellas de mar se quieren llevar, la ventresca, que es una tripa del pescado. Vienen a checar el producto; ahora quieren comprar las medusas. Yo les digo no hay, porque la persona que tiene permiso cuida las cosas; yo tengo permiso porque todo el año estoy pescando mero y pulpo, y las que no tienen permiso no les interesan, y si no son de acá, menos”.

“Es la inconformidad que tenemos. Cuando empiezan a depredar todo, nosotros, que estamos aquí todo el año, luego ¿qué vamos a pescar? Tienes que cuidar lo que es tuyo, porque después de esto activamos los barcos para ir a buscar el mero”, advirtió.

Afirmó que las autoridades solo dan el permiso “y mal dado, porque hay permisionarios que han trabajado por años y luego no les dan el permiso; no hacen censo, no verifican quién, cómo están trabajando. Hasta ahorita todo se hace mal; no hay orden, además de que no definen las fechas de la temporada de pesca, y eso provoca mucho descontrol de todo”.