Con "la Misa" de Mozart, la OSY cierra temporada

Jesús Mejía
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Lunes 12 de diciembre, 2016

Con la interpretación de la Misa de la Coronación y la Sinfonía No. 35 “Haffner” de Wolfgang Amadeus Mozart y la Suite del ballet “El Cascanueces” de Tchaikovsky, la Orquesta Sinfónica de Yucatán cerró su temporada de conciertos 2016 a teatro lleno en tres funciones.

Considerada una de las obras cumbres del repertorio de la música religiosa, que incluyó un coro de 40 voces dirigidas por María Eugenia Guerrero, con soprano, contralto, bajo y tenor como solistas, la Misa de la Coronación fue aceptada por los asistentes, entre ellos grupos de monjas, como un regalo anticipado de Navidad.

Catalogada como una de las 60 mejores obras en la historia de la música religiosa por el musicólogo Francisco Xavier Mata Bertrán junto a composiciones de Bach, Haendel, Haydn, Fauré, Messiaen y Palestrina, la Misa de la Coronación llevó el estilo festivo característico de Mozart.

Bajo la batuta de Juan Carlos Lomónaco, coro y orquesta lograron un mensaje rico en armonías, con el empleo de trombones y trompetas y énfasis corales en los pasajes y recitativos propios de una liturgia: [i]Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus, Benedictus[/i] y [i]Agnus Dei[/i].

En comparación a otros oratorios, réquiems y misas de otros autores, que duran más de una hora, la de la Coronación de Mozart es de las más breves, apenas 25 minutos, ya que el entonces arzobispo de Salzbugo, Hieronimus von Colloredo, encargó al compositor una obra “breve” dado que no era proclive a prolongadas ceremonias.

La música que se escuchó en el Teatro José Peón Contreras en tres presentaciones programadas evocó los ambientes de entronización de las cortes europeas, ya que, de acuerdo con los antecedentes de la obra, Mozart la creó para la coronación de Leopoldo II en 1791 o la del emperador Francisco en 1792.

A 225 años de su desaparición física, Mozart sigue vigente mediante su obra, plena de frescura y armonía propias de su estilo, de tal forma que el público también gozó de la Sinfonía No. 35 “Haffner”.

Poco antes, la OSY interpretó la suite del ballet “El Cascanueces” de Tchaikovsky, un resumen de los pasajes coreográficos más conocidos de la obra encargada al compositor por Marius Petipa, titular del Ballet del Teatro Imperial de Rusia, basada en un texto de Alejandro Dumas titulado “El Cascanueces y el rey de los ratones”.

Pese a ser uno de los ballets más conocidos en la historia de la música, el público no deja de escuchar esa serie de pasajes ricos en armonías que surgieron del genio de Tchaikovsky, entre ellos, la [i]Danza del Hada de Azúcar, Danza Rusa, Danza Árabe, Danza China, Danza de los Mirlitones[/i] y el [i]Vals de las Flores[/i].

“Todo en Tchaikovsky es de gran valor musical”, comentó uno de los asistentes, al recordar “La obertura 1812”, “El lago de los cisnes”, la Sinfonía “Patética”, “Capricho italiano”, Suite “Romeo y Julieta”, el Concierto para Piano, el Concierto para Violín y tantas otras.

Con este programa, la OSY cerró su temporada 2016 con una nutrida asistencia a los conciertos, que tuvieron una pléyade de virtuosos de primera línea, entre ellos los violinistas Elena Mikhaikova, Emmanuel Salvador y Mykyta Klochkov, los pianistas Marian Sobula, Alexei Volodin, Rodolfo Ritter y el trompetista.

La concurrencia del público a los recitales, así como la asistencia de niños y jóvenes de educación básica y media superior a los ensayos mediante el programa “Sinfonízate”, consolida la presencia de la OSY como institución cultural de la sociedad yucateca y del estado.

Con el prestigio ganado entre las orquestas del país, con músicos de nivel profesional, tanto propios como invitados, y un repertorio de música cada vez más amplio, la OSY cerró su segunda temporada conciertos 2016 con amplias perspectivas para el próximo año.

Las aportaciones del sector privado mediante el patronato, los ingresos propios y el presupuesto anual que otorga el gobierno del estado le dan la viabilidad económica.