Narcoperiodismo

Tania Medina
Foto: Tomás Bravo / REUTERS
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 21 de octubre, 2016

Javier Valdez Cárdenas desempeña uno de los trabajos más peligrosos que existen, es periodista. Es fundador del semanario Riodoce y corresponsal de La Jornada, en Culiacán. Desde hace más de 20 años relata historias de madres, hijos, esposas, hermanos que han sido presas y víctimas de un mal que lacera a México: el narcotráfico.

El autor de [i]Los huérfanos del narco[/i], [i]Con una granada en la boca[/i] y [i]Miss narco[/i], presenta su más reciente libro: [i]Narcoperiodismo[/i], formado por entrevistas, investigaciones y crónicas de especialistas. Incluye historias de periodistas en el exilio, que, por seguridad, han abandonado el territorio mexicano. Se trata de una radiografía de las redacciones infiltradas, donde manda el narco y el crimen organizado, donde impera el binomio empresarios-narcotraficantes.

[b]La Jornada Maya (LJM). ¿El narcotráfico tiene contra la pared al periodismo mexicano?[/b]

[b]Javier Valdez Cárdenas (JVC). [/b]Sí, creo que es un factor de suma importancia en la vida periodística del país, desde el aparato del gobierno se favorece esta condición, y creo que el narco y el gobierno hacen que el periodismo de México esté en una situación crítica, en estancamiento, porque no se puede hacer periodismo, somos rehenes de esta condición de violencia y eso dificulta el trabajo periodístico. En muchas ocasiones son los reporteros quienes se encargan de proporcionar nombres a los altos mandos de la delincuencia; quién redacta las notas, aunque se publiquen firmadas; trabajan bajo el mando del narcotráfico, por dinero o por amenazas.

[b]LJM. ¿Cómo se cuidan de los periodistas infiltrados?[/b]

[b]JVC. [/b]Es muy difícil, yo puedo decir que en la redacción de Riodoce hay compañeros de mucha confianza y los que discutimos qué se publica y cómo se publica somos amigos; no tengo ninguna duda al respecto, es muy difícil en una redacción. Por ejemplo, los periodistas de Veracruz aprenden a ubicar bien, empiezan a sospechar en cómo actúan (los infiltrados) y respetan a ese compañero y toman distancia en torno a él.

[b]LJM. ¿Cómo afecta no poder publicar alguna información?[/b]

[b]JVC. [/b]Crece la frustración del enojo y la impotencia. Es necesario lidiar con eso, ir a terapia, llorar, escribir esas historias, aunque no se publiquen como una catarsis. Es mucho material el que uno deja de publicar, porque en la calle mandan los narcos y hay balas con los nombres de los reporteros valientes, dignos.

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Fue en 2009 cuando la casa de Riodoce sufrió un atentado, una granada de fragmentación fue lanzada a la redacción. Sólo hubo daños materiales. De las amenazas y atentados "aprendes a vivir con eso, por eso hay que revisar bien la información y tener mucho cuidado, para no pasar la línea invisible. Cubrir al narco es aprender a esquivar las balas".

Valdez se asume como un hombre preocupado por la gente al que le duele el abuso, la arbitrariedad, la violencia. Recuerda que, durante la cobertura de una balacera en la sierra de Culiacán, en donde murieron 4 policías, su equipo de trabajo llegó antes que la policía, durante el trayecto se encontraron con patrullas volcadas. El helicóptero que sobrevolaba el área lanzaba disparos a civiles; lo detuvieron, en esa época trabajaba para el canal 13 de Culiacán y el video sirvió para evidenciar los abusos y pudo demostrarse su inocencia. “Es la pasión y el miedo lo que te arroja a cubrir estas historias”.

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[b]LJM. ¿Cómo logras que la gente te cuente su historia cuando son presas del miedo?[/b]

[b]JVC.[/b] Hablo [i]al chile[/i] con las fuentes, muestro mi pluma, mi grabadora, mi libreta. No hago nada que no me autoricen, pido permiso para grabar, para tomar nota y les digo que me interesa contar su vida, para mi ellos no son delincuentes ni son una experiencia, son seres humanos. Me veo con ellos donde me lo piden. Muchas veces la viuda de un narco, un matón... Te lo cuentan todo, terminan llorando; la gente me ha pedido que no escriba algo y no lo hago; si hubiera traicionado esa confidencialidad ya estuviera muerto.

[b]LJM ¿No te da miedo cuando te citan en algún lugar?[/b]

[b]JVC.[/b] Sí, claro que sí, pero a veces tomas algunas medidas. A veces traigo información muy buena que no puedo escribir. Me han matado a fuentes mías, entonces hay que esconderse unos días.

[b]LJM. En Sinaloa se nace y crece con la imagen del narco y muchos se dedican a esto ¿Cómo ves esto?[/b]

[b]JVC. [/b]Esto me parece muy triste, nuestra realidad, nuestro gobierno y la sociedad están matando a las nuevas generaciones, les cortamos las alas. La mejor apología es el narco que es vecino y cambia de camioneta cada seis meses, se acompaña de mujeres hermosas y trae dinero de sobra; entonces el morro que ve eso. Tenemos cerca de 100 años con el narco en el estado, conviviendo con el mundo de las drogas; qué podemos esperar, si no hay autoridad.

[b]LJM. ¿Cuál es tu perspectiva del gobierno y el narcotráfico?[/b]

[b]JVC. [/b]Pues no hay gobierno, aquí hay narco. El gobierno está al servicio del cártel de Sinaloa, el gobernador actual ganó la elección hace casi seis años, porque el cartel operó para que así fuera. La policía le limpia el camino al cártel de Sinaloa y en medio de esto estamos los ciudadanos poniendo los muertos, es un gobierno criminal.

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El autor de 49 años que recibió el premio Internacional a la Libertad de Prensa en 2011, acompaña sus días con música, wiski y antidepresivos para hacerlos más llevaderos y cree que su sensibilidad y emotividad es lo que lo hace plasmar las historias de forma humanas en sus libros.