Zona habitacional viable

Paul Antoine Matos
Foto: Render Vía Montejo
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Jueves 20 de octubre, 2016

La construcción del desarrollo inmobiliario Vía Montejo, en los terrenos donde estuvo la Siderúrgica de Yucatán, necesita garantizar el saneamiento total de la zona, la conservación de los elementos históricos de Mérida y la presencia de áreas verdes, declaró María Elena Torres Pérez, investigadora de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

Vía Montejo se establece al norte de Mérida, en la calle 60, y es un gran proyecto inmobiliario que contará con viviendas, oficinas y una plaza comercial llamada The Harbor. Uno de los socios inversores es Emilio Díaz Castellanos, investigado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) por la presencia de su yate en Arrecife Alacranes, zona protegida, cuando invitó hace tres semanas al senador Emilio Gamboa Patrón y al coordinador de Puertos y Marina Mercante, Guillermo Ruiz de Teresa, quienes aterrizaron un helicóptero en una de las islas.

Durante el primer Encuentro Internacional de Investigación Urbana y Vivienda y el 34 Encuentro de la Red Nacional de Investigaciones Urbanas, Torres Pérez declaró que es necesario “garantizar que la zona sea sana, que no se contamine el subsuelo, la tierra o la vegetación antes de que la gente ingrese”.

Al ser cuestionada sobre si una Siderúrgica provoca daños al subsuelo, respondió que “sí, claro, por supuesto; no ésta [la de Yucatán], sino cualquiera”. Sin embargo, aclaró que hay niveles de contaminación y también formas para resarcir los daños.

En 2015, Eduardo Batllori Sampedro, secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), afirmó que “no representa ningún riesgo ambiental”. En aquella ocasión, señaló que “el terreno fue saneado”, aunque el manto freático tendría que ser vigilado por la cantidad de población que se espera se establezca, entonces es necesario instalar sistemas adecuados de tratamiento de aguas.

En 2009, la Profepa sancionó por un millón 200 mil pesos a la Siderúrgica y consideró necesario aplicar un programa de mantenimiento y retiro de polvos, para reducir la emisión de contaminantes al aire. Después, cuando los terrenos fueron vendidos a los desarrolladores de Vía Montejo, Semarnat y Profepa intervinieron para examinar el terreno, aunque no obtuvieron resultados de riesgo ambiental, por lo que se autorizó la construcción.

La investigadora indicó que otro problema de convertir la Siderúrgica en zona habitacional son los daños a la configuración de Mérida, porque ese lugar industrial formó parte del patrimonio moderno con obras específicas como la llamada torre esbelta, que marcó un hito de la ciudad.

Sobre la discusión de la desaparición de las rieles del tren para la construcción de dicho desarrollo, aseguró que “quita la historia, borra las huellas de la ciudad y su desarrollo, se olvidan las cosas”.

Consideró necesario mantener los elementos históricos, porque muestran el legado de la evolución de Mérida hacia la modernidad.

También afirmó necesario que se planifique la ciudad con áreas verdes, porque se carece de verdaderos parques, que deben ser de al menos tres hectáreas, y “eso debe preocuparnos”.

Pero, apuntó, los mismos ciudadanos son responsables de la calidad de Mérida, porque la gente decide quitar su jardín o patio para volverlo una cochera o terraza, entonces el concreto se apropia de las viviendas.