Texto y foto: Jesús Mejía
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Lunes 3 de octubre, 2016
En la cima del arte, con el sudor en las sienes, exhausto, después de haber sorteado las dificultades técnicas de la obra, el pianista ruso Alexei Volodin tocó las notas del [i]forte[/i] final del Concierto No. 3 para piano y orquesta de Serguei Prokofiev.
En el punto final de la interpretación, marcado por la batuta del director Juan Carlos Lomónaco, al frente de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, el solista visitante tenía la frente en alto, como si la musa de la música, Euterpe, lo coronara con laureles.
Y vino la cascada intensa de aplausos. Alexei Volodin miró al público eufórico, (con el que momentos antes mantuvo una comunicación intensa, contrastante, pero finalmente plena de armonías) para luego inclinarse en señal de gratitud.
Se estrechó en un abrazo con el portador de la batuta. En tres movimientos, [i]andante, tema con variazioni y allegro ma non troppo[/i], desarrollados en menos de 30 minutos, el solista y la orquesta hicieron brotar de la partitura, a la perfección, miles de notas, corcheas y arpegios de la obra estrenada por el propio Prokofiev en 1921.
No fue fácil. Volodin, concentrado, tocó con frenesí escalas tortuosas y arrancó notas del piano como un desesperado. Al final del primer movimiento ya sudaba la gota gorda. Igual Lomónaco. El compositor ruso no dio tregua ni al solista ni a la orquesta, los cuales mantuvieron un diálogo permanente a lo largo de la obra.
Serio, el pianista no pudo durante el desarrollo del concierto ocultar sus emociones, [i]el rictus[/i] del esfuerzo, el éxtasis por la intensidad de los pasajes, como ocurre con el pintor o el escultor que le da forma a la obra.
El público obligó al pianista regresar al escenario y al piano para regalar un [i]encore[/i], una interpretación evocadora del romanticismo de un Franz Liszt o un Chopin.
El pianista, quien ha tocado con las mejores orquestas del mundo, como las del teatro Mariinsky, la del Teatro alla Scala y las nacionales de Rusia y Francia, retornó a Mérida suscitando mucho interés.
La ex alcaldesa de Mérida, Ana Rosa Payán Cervera, y al ex presidente de la Canaco-Servytur, el empresario José Manuel López Campos, y una docena de personas no pudieron ingresar a la sala del Teatro José Peón Contreras por haber llegado tarde.
En la parte complementaria del programa, el director Juan Carlos Lomónaco aprovechó todos los recursos de la orquesta, al incorporar fagotes, contrafagots, un arpa y una amplia dotación de alientos metales y percusiones para interpretar la 5ª Sinfonía de Dimitri Shostakovich.
En cuatro movimientos, la OSY con Lomónaco al podio interpretó por vez primera en sus 12 años de actividades esta sinfonía, plagada de matices, unos densos, pero otros de gran colorido musical, sin faltar el estruendo del glorioso final a que nos tienen acostumbrados los rusos.
Los próximos días siete y nueve de octubre estará otro grande del piano, el polaco Marian Sobula, con un currículum de presentaciones en 38 países, para la interpretación del Concierto para Piano No. 1 de Frederic Chopin, obra que será secundada con la Sinfonía No. 8 de Dvorak.
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