Por 10 días se levanta la veda

Paul Antoine Matos
Foto: Raul Angulo Hernandez
La Jornada Maya

Sisal, Yucatán
Lunes 13 de junio, 2016

La veda terminó. Por primera vez en tres años, la captura del codiciado pepino de mar se reabrió en Sisal el pasado sábado. En otras partes de la entidad, la prohibición se levantó después de un año.

Al alba, 15 embarcaciones se dirigieron mar adentro. En el interior de cada una, tres hombres se preparaban mentalmente para sumergirse en el agua salada en busca del pepino de mar, mientras recorren 30 kilómetros ten sus lanchas.

El fin de semana, desde los límites con Campeche a los de Quintana Roo, desde Celestún hasta San Felipe, cientos de hombres se adentraron hacia el océano, arriesgando hasta su vida con el objetivo de conseguir varias toneladas del pepino de mar. La mayor parte del equinodermo que capturen durante la siguiente semana, hasta el próximo domingo, será enviada hacia China, en donde es considerado como un afrodisiaco.

Algunos hombres de mar dan motivos para afirmar que la actividad está asociada a ciertos vicios. En algunas partes del puerto de altura de Sisal, unos cuantos fuman mariguana para soportar la espera de sus compañeros embarcados. La conversación gira en torno al pepino, a la droga, la cerveza y las mujeres.

Sobre el animal, comentaron que 15 lanchas fueron en su captura desde las cinco y seis de la madrugada. Recordaron que la búsqueda del pepino de mar en Sisal inició hace unos ocho años, con una cooperativa que realizaría investigaciones sobre su comportamiento; sin embargo, la codicia provocó que el aspecto académico quedara de lado e iniciara su explotación.

Señalaron que, a pesar de que la captura ha estado prohibida en Sisal durante los últimos tres años, los furtivos procedentes de Progreso, Celestún, Campeche, Tabasco y Veracruz han devastado la zona, pues no respetaron la veda y tienen presencia constante en dicho puerto.

En el puerto de altura, unas cincuenta embarcaciones están detenidas, en espera de los 200 buzos que se trasladaron hacia el oriente del estado: a Dzilam Bravo, San Felipe y Río Lagartos, con la intención de obtener más kilos.

En otra cooperativa del puerto de altura, Jesús Feliciano Álvarez Martínez, representante de “Ribereños de Sisal”, declaró que la esperanza para esta temporada es obtener una buena captura; de entre 100 a 150 kilos de pepino de mar por lancha. Sin embargo, la cantidad esperada es mucho menor a la que se obtenía hace unos seis años, que oscilaba entre 400 y 600 kilos, recordó.

Al disminuir la cantidad de captura, explicó, el precio se disparó y esto provoca que más pescadores, muchos de ellos furtivos, se sumen, provocando que se reduzca todavía más la biomasa. Un círculo vicioso que depreda al pepino de mar e impide su recuperación.

El sol recorre el cielo, dejando caer su calor sobre la costa. Dan las 13 horas y la estrella ya sobrepasó su cenit. Abajo, en el mar, llega la primera embarcación. Las mujeres en la cooperativa comentan lo extraño de un arribo tempranero, pues por lo general las lanchas comienzan a llegar a partir de las 14 horas.

Los tripulantes explicaron que se rompió una banda del compresor que proporciona aire al buzo que se sumerge hasta 20 brasas (37 metros) para capturar los pepinos de mar.

El sistema para respirar bajo el mar, peligroso y mortal por su improvisación, consiste en un objeto muy parecido (demasiado) a un barril de cerveza, una manguera que se conecta con la boca del buzo, el traje de neopreno, las aletas, y un motor de banda que hace que el sistema funcione.

El percance limita la captura. Llegan con apenas seis ejemplares de pepino de mar; unos 2.5 kilogramos. En la cooperativa estimaban más de 100 kilos por pescador.

Cada uno de los equinodermos era destripado y puesto en una cubeta con hielo, para evitar su rápida descomposición y decoloramiento, lo que afecta severamente su precio en el mercado. Al final son llevados a una bodega para su pesaje y guardado en una tina con hielo, en espera de que se reúnan, al menos, 50 kilos para poder sancocharlo.

La operación de sancocho se realiza en unas enormes ollas metálicas y reduce el tamaño del equinodermo, pero funciona para que después pueda ser exportado, hacia el mercado asiático.

Las demás embarcaciones llegarían más tarde. En la cooperativa esperan mejores resultados que la primera. Hacia el oeste, una tormenta se prepara para impactar Mérida y amenaza con trasladarse hacia Sisal. Después, los comerciantes acudirían para comprar el producto, a un precio de 100 pesos el kilo, aproximadamente.