Nada nuevo en la Semana de Yucatán

Paul Antoine Matos /Enviado
Foto: Roberto García
La Jornada Maya

Ciudad de México
Lunes 16 de mayo de 2016

Para un yucateco que se encuentre de vacaciones, por razones de trabajo o porque radica en la capital de la república, resultan ineludibles los anuncios de La Semana de Yucatán en México, que lucen en sus costados los camiones del transporte público. Seguramente hay quien se ve asaltado por la duda sobre el costo de este tipo de publicidad y si las cuentas finales del evento compensarán ese gasto; pero también es seguro que no se perderán disfrutar de un pedacito de su tierra en el Palacio de los Deportes, durante su décima quinta edición, desde que se originó, y la cuarta, bajo la administración del gobernador Rolando Zapata Bello.

El recinto que más que deportivo es un espacio de conciertos, funge nuevamente como sede; aunque la muestra no se desarrolla en el interior de la gran cúpula color bronce que lo caracteriza y en donde ha resonado Where the Streets have no name de U2, o When you where Young de The Killers, sino en un pabellón que resulta ideal para albergar a 240 stands, de los cuales una buena parte es de restaurantes.

La principal oferta son los productos típicos de Yucatán, los que nunca pueden faltar: comida, bordados y artesanías del interior del estado. También están presentes las empresas más tradicionales de la entidad como Botanas La Lupita, Galletería Dondé y una más moderna, Tere Cazola. Tal vez su participación represente una avanzada para abarcar un mercado con un inmenso potencial. También nos topamos con Torritos una fábrica de productos de frituras que en los últimos años ha crecido mucho en la península.

El precio de las marquesitas se duplica en la Ciudad de México: las sencillas y compuestas, que en Mérida cuestan 15 y 20 pesos, respectivamente; aquí, te las suben al doble.

Es notable la frecuente presencia de Grupo Modelo en todos los actos organizados por el gobierno del estado, este no podía ser la excepción; por donde quiera podemos observar cómo se presumen las marcas yucatecas Montejo y León Negra. Parte de la estrategia para recuperar el mercado peninsular y reposicionar a la empresa en la mente de los habitantes de la tierra del faisán y del venado, que aloja de nueva cuenta a la cervecería yucateca, quizá.

Alejado de lo tradicional, destacan las marcas Palabrota y La Cobos, ambos propiedad de Carolina Cobos, quien señaló que ha acudido a las ediciones anteriores, pero sólo este año decidió adquirir un stand. La primera ofrece gorras, playeras, llaveros y collares con modismos de Yucatán, como Pelaná, u otras palabras del español, con el mismo significado. Para que la gente pueda reírse, explicó. La segunda marca ofrece trabajos en filigrana y plata.

Prevalece la oferta de lo tradicional yucateco. Pocas son las empresas con otro tipo de productos.

Lo mismo sucede con los artistas; Dzereco y Nohoch, la Orquesta Típica Yucalpetén y el Ballet Folklórico son, sin duda, productos atractivos, pero que no representan un panorama completo de la oferta artística de Yucatán. En lo musical, por citar sólo dos ejemplos están Alice True Colors o la Chancil Tropical, que bien podrían atraer a públicos nuevos para conocer mejor lo que se produce en el estado.

Si bien, en esta ocasión ampliaron su oferta con la inclusión de Jorge Buenfil, uno de los compositores y trovadores de mayor relevancia para Yucatán, se quedan cortos ante la gran gama de posibilidades culturales del estado: músicos, escritores, actores y todo tipo de producciones escénicas.