Especial: Tradición Golpeada
Foto: Instagram @menucallejero
En Venezuela, a los tamales se les llama hallacas; y más allá de ser un platillo que se pueda comer durante cualquier época del año, para los nacidos en ese país representa una arraigada tradición decembrina, la cual fomenta la unión familiar y fortalece los lazos que la conforman.
Para finales de año, prácticamente toda la población venezolana se reúne para hacer hallacas, las cuales comen a cualquier hora del día. Así lo explicó la señora Aurora Muñoz, quien lleva dos años residiendo en Yucatán y es la fundadora de Venezuela Food, en Mérida.
Estos icónicos tamales se elaboran con la popular harina Pan -de maíz precocido blanco-, sazonada con caldo de pollo, mismo que usan para el guiso, que está hecho de carne de res, cerdo y pollo. Además, se le agrega pimiento, cebolla, cilantro, cebollín, ajo, un toque de comino y piloncillo, al cual llaman el papelón.
Sobre las diferencias entre las hallacas y los tamales doña Aurora señaló que ésta radica en el guiso y la masa, ya que en México utilizan la Maseca; y destacó la variedad de tamales que hay en la región -en Venezuela sólo hay una- y reconoció su sabor.
Pese a no haber variedad, hay regiones, como la Andina, en donde se les coloca garbanzos o huevo, según el gusto, pero la verdadera hallaca -aclaró- es de tres carnes.
En Venezuela, la elaboración de hallacas es una arraigada tradición decembrina, pues durante todo ese mes es prácticamente lo único que comen. Si alguien desea degustarlas en otro mes, sería cuestión de encargarla el platillo a quien lo hace, pero es una situación poco común.
En las mesas navideñas de Venezuela, además de las hallacas, se coloca pan de jamón, ensalada de gallina y pernil, es decir, la pierna de cerdo horneada y sazonada con alcaparras. En ese país, las hallacas son consideradas una comida de lujo, mucho más costosa que en México.
Doña Aurora aprendió a cocinar este icónico platillo de la mano de su abuela, su padre y tíos, quienes se reunían los 24 de diciembre y les amanecía elaborando las hallacas, alimento que solía alimentarles durante toda la semana. El 31 se repetía la dinámica.
Además de la combinación de sabores de los ingredientes, a las hallacas las distingue, explicó, su proceso de elaboración que fortalece los vínculos familiares, lo que brinda un enfoque especial.
No obstante, su gusto por los tamales mexicanos -acababa de comer un tamal de chaya cuando la entrevistamos- reiteró que prefiere las hallacas.
Para adquirir las hallacas de doña Aurora, se puede visitar la página de Facebook de su restaurante Venezuela Food, en donde también venden cachapas y cochino frito.
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