Por primera vez en Mérida, el ayuntamiento a través del Instituto Municipal de la Mujer (IMM) contará con un padrón de trabajadoras del hogar que laboran en la ciudad, esto a fin de evitar atropellos como despidos injustificados e incluso acoso sexual. Así lo informó la directora de dicha dependencia, Fabiola García Magaña.
La funcionaria recordó que el día de ayer, el ayuntamiento de Mérida firmó con la asociación civil Jade un convenio de colaboración a fin de impulsar los derechos laborales de las trabajadoras domésticas que laboran en la capital yucateca, muchas de ellas provenientes de otros municipios al interior del estado.
“Esto implica vinculación para saber cuál es la situación a través de un padrón, conocer sus condiciones laborales, si han sido víctimas de acoso u hostigamiento; y que desde la parte preventiva conozcan sus derechos al trabajar en esos espacios”, explicó.
De igual modo, la iniciativa, dijo, busca desarrollar un protocolo de seguridad para ellas dentro de su entorno laboral, el ámbito doméstico.
La comuna ha comenzado a montar las mesas de trabajo para que el personal que va a brindar estas herramientas conozca las necesidades de este sector de la población, con el que nunca se había trabajado en esta modalidad.
García Magaña consideró que cualquier persona es susceptible a estar en una situación de riesgo; y más si vivimos en un estado en donde la violencia familiar tiene niveles altos, a pesar de que Yucatán no se encuentre en los primeros indicadores (de violencia en general) a nivel nacional.
“Pero en esta modalidad de violencia familiar, sí consideramos que hay un aumento. Más que un aumento -aclaró- consideramos que la problemática está latente”, insistió.
Despidos injustificados y acoso
Ante dicho panorama, señaló que muchas de las mujeres que atienden en el Instituto, se dedican al trabajo doméstico, ya sea por día; o entrada y salida, y en varias ocasiones son despedidas injustificadamente o víctimas de algún tipo de acoso.
“Ellas lo perciben a lo mejor como parte de la normalidad de lo que una mujer en esta situación debería estar viviendo; y no es así”, aseveró.
En ese sentido, Fabiola García destacó la necesidad de que quien contrate estos servicios, sepa cuáles son sus obligaciones y responsabilidades; y que también ellas lo sepan, ya que tienen todo el derecho de trabajar en un ambiente laboral respetuoso, educado y cordial.
Expuso que desde el organismo que preside, se ha visto un tránsito constante de trabajadoras del interior del estado que laboran en Mérida, en donde surgen atropellos. Recordó que, al estar prestando un servicio, estas mujeres tienen derechos como empleadas.
El IMM y la asociación Jade buscan hacer un diagnóstico sobre lo que está sucediendo en ese sentido. Este se realizará a través de encuestas para conocer sus condiciones y sugerencias para cambiarlas. También pretenden escuchar a sus patrones.
Entre las quejas más recurrentes de quienes se han acercado al Instituto, dijo, resaltan las de despido injustificado -muchas veces por faltar sin avisar o quedar embarazadas- y también casos de acoso.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020 Yucatán albergaba 53 mil personas dedicadas al trabajo doméstico remunerado, de las cuales 80 por ciento son mujeres. De ahí la importancia de que cuenten con un padrón.
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