José Revueltas, opacado por Paz

Paul Antoine Matos
Fotos: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

18 de marzo, 2016

A los estudiantes normalistas de Ayotzinapa se les trata como “los últimos de los últimos”. Luego las autoridades cuestionan por qué roban gasolina para trasladarse, cuando sólo se alimentan de arroz y frijoles, manifestó Elena Poniatowska, intelectual mexicana, durante una plática con Juan Villoro.

En el congreso internacional de literatura Lo busco, lo busco y no lo busco: de búsquedas y encuentros en la cultura mexicana, organizado por UC-Mexicanistas durante la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) 2016, Poniatowska expresó que los normalistas carecen de recursos y del apoyo para su educación. Por lo tanto, cuando desean acudir a eventos como la conmemoración de la matanza del dos de octubre, en la Plaza de las Tres Culturas, recurren al boteo o conseguir gasolina. En 2014, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” desaparecieron en Iguala, Guerrero. Aún no se sabe si están con vida.

Por su parte, Juan Villoro, Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco” 2016, declaró que a las escuelas normales se les ha permitido “morir” sin un decreto oficial, debido a que no se les otorgan los materiales necesarios para subsistir. “Si al cabo de dos años no registran inscripciones, existe una ley no escrita para cerrarlas”, aseguró.

Villoro afirmó que no todos los escritores se comprometen con la sociedad, a diferencia de la gran parte de los periodistas que se preocupan por los hechos que afectan a la ciudadanía. “Es más fácil encontrar un periodista comprometido con la sociedad que un escritor”, expresó.

Recordó ejemplos como el de John Reed, periodista que cubrió la Revolución Mexicana y la Rusa, hace un siglo, que en una película basada en su vida, en la escena final, él se une al movimiento social mexicano. En ocasiones, es tanta la convivencia del periodista con la realidad que debe unirse a ella, afirmó.

[h2]Poniatowksa y el 68[/h2]

El público le preguntó a Elena Poniatowska sobre el premio que no aceptó por parte del ex presidente de México Luis Echeverría Álvarez. Señaló que, tras escribir el libro La noche de Tlatelolco, sobre la masacre del dos de octubre, le mencionaron que el Premio Javier Villaurrutia era para ella, y le sería entregado por Echeverría.

Al recibir la llamada para informarle del premio, ella cuestionó “¿quién le entregará premios a los muertos?” y esa frase se inmortalizó en un artículo de un periódico nacional.

Villoro destacó la labor del albergue CIAM Cancún, dirigido por la periodista Lydia Cacho, que recibe a mujeres y niños que han sufrido maltrato dentro de sus hogares o la sociedad. Indicó que ellas huyen de la violencia producida por personajes poderosos de Quintana Roo, como empresarios, políticos y hasta el entrenador del equipo Atlante; encontrando en el albergue un lugar para resurgir.

[h2]José Revueltas, olvidado[/h2]

Poniatowska expresó que el intelectual José Revueltas ha sido opacado en la literatura mexicana, y que no se le ha hecho justicia. Villoro comentó que, al nacer José Revueltas en el mismo año que el Premio Nóbel de Literatura Octavio Paz, el primero es olvidado de todas las celebraciones de natalicios.

UC-Mexicanistas, asociación encabezada por la doctora Sara Poot Herrera, integró a Juan Villoro como su miembro número 100.