Probando Ryde & Go

Paul Antoine Matos
La Jornada Maya

7 de marzo, 2016

A través de Mi Taxi Yucatán, la app del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV), el traslado entre dos puntos en un recorrido de prueba, nos costó el doble que el servicio de taxímetro del propio Frente por la misma distancia. Esa fue la primera prueba de las nuevas aplicaciones digitales de transporte.

Al día siguiente de esta experiencia, solicitamos Ryde & Go, una aplicación creada por yucatecos que ofrece servicio a Yucatán. En esta ocasión, ir de la García Ginerés al centro de Mérida, nos costó 45 pesos. Humberto (irónico nombre: su homónimo está en contra de este servicio y es director de Transporte) arribó en 10 minutos. Al llegar, nos llamó por teléfono, no sonó el claxon como el de Mi Taxi Yucatán, y avisó: “Hola, estoy en la entrada”.

Al salir, nos encontramos un Toyota rojo. Humberto se bajó del vehículo para abrirnos la puerta. Al entrar, nos pregunta si queremos poner música, respondemos que no, preferimos que nos cuente la razón por la que conduce.

Le preguntamos qué edad tiene y qué hace, nos respondió que realiza perforaciones de pozos, estudia administración en línea y conduce en Ryde & Go. Tiene 21 años.

Considera que la llegada de Uber les beneficiará, en el sentido de que ambas aplicaciones podrán ejercer una mayor presión a los taxistas y abrir los espacios para una libre competencia. Conduce fluidamente por las calles de Mérida. No acelera como si se tratara de un Fórmula Uno, pero tampoco se alenta. Mantiene la vista fija en el camino y no utiliza su tableta para gestionar la dirección a seguir.

Ese día trabajó más de 10 horas, en las cuales realizó 15 viajes. Según comentó, el 80 por ciento de los ingresos son para él exclusivamente (cinco por ciento más que Uber) y el resto a los dueños de la aplicación. Sacamos cálculos: ese viernes ganó mil pesos, al menos, y aún le faltaba la noche.

Llegamos a nuestro destino en unos 15 minutos. De regreso, utilizamos de nuevo la misma aplicación, no sin antes intentar con Mi Taxi Yucatán. Sin embargo, en esta plataforma nos cobraban 15 pesos más que en Ryde & Go. Fácil y económica decisión.

En el mapa, el vehículo se ubicaba en Altabrisa, muy lejano a la calle 68 en donde nos encontrábamos. Tardó otros 15 minutos.

El teléfono suena de nuevo. Es Humberto, el mismo conductor de la ida; está afuera. Nos saludamos de nuevo y le pedimos que nos lleve de regreso al lugar del que partimos, aunque él no necesita esa información, ya la tiene en su mapa.

Volvemos a la plática. Sobre la detención de un par de vehículos de la aplicación, comentó que llegarían a demandar a la dirección de Transporte por abuso de autoridad, pero no sabía más del tema.

Señaló que en el aeropuerto nunca le han impedido la entrada, algo a lo que los taxistas están negados, debido a la concesión que tiene ADO. Menciona que tiene la libertad de elegir cuándo ofrecer el servicio; en ese momento, otros 20 conductores de Ryde & Go ofrecían el transporte, dijo.

Al arribar a nuestro destino, pagamos en efectivo, aunque es posible hacerlo mediante tarjeta de crédito o débito. Ambos concordamos en que ese plus permitirá a Ryde & Go abrirse paso en el mercado, ya que Uber sólo ofrece el pago por tarjeta de crédito, cobrando el importe vía web. Tanto en la ida y como en la vuelta, nos entregó un boleto en el que se verifica el servicio que nos ofreció. Ahí se indican las instrucciones para solicitar una factura, a través del número de folio.

[h2]Recomendaciones[/h2]

En redes sociales circula una serie de recomendaciones a los usuarios de Uber y Ryde & Go, para evitar problemas a los conductores que ofrezcan el servicio y éste se mantenga, a pesar de las quejas de los taxistas y el gobierno de Yucatán.

La publicación recomienda que el usuario use el asiento delantero, junto al conductor. También, que el servicio sea solicitado lejos de los sitios de taxis.

Un tercer punto indica que, en caso de ser detenidos por un agente de tránsito, le digan que es un familiar o amigo.

El último, similar al segundo, señala que el usuario deje el servicio en un lugar donde no haya taxistas.