El trabajo del teatro es humanizar a los monstruos sociales: Fernado Regil

Katia Rejón
Foto: Be. Marfil
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Jueves 8 de noviembre, 2018

La obra ganadora de la Muestra Regional de Teatro 2018, [i]Lugar donde mueren los icebergs[/i], escrita y dirigida por Marpi Jiménez, iniciará una nueva temporada en Tapanco Centro Cultural luego de su exitosa participación en Xalapa, Veracruz, los días 9 y 30 de noviembre y el primero de diciembre a las 20 horas en este foro.

Una obra de contención que invita al espectador a hacerse preguntas y conjeturas a lo largo de la obra, es como la describen los actores Wendy Cruz y Fernando de Regil, quienes dan vida a un matrimonio que pasa por las tensiones de la violencia normalizada, junto con su hija, interpretada por Elidé Uc y su nieta, un personaje que no aparece en escena.

En entrevista con [i]La Jornada Maya[/i], Marpi Jiménez explica que desde el principio pensaba en una obra de medio tono, sin actuaciones explosivas ni melodramáticas que mantuvieran al espectador en tensión. “Más que un encuentro artístico, queremos que el público tenga un encuentro de conciencia y realidad de nuestro estado”, afirma la directora.

Por su parte, Fernando de Regil comenta que su personaje demuestra la relación que tiene con las mujeres más por la actuación que por los diálogos, por lo que ha sido difícil. “Los actores no damos lecciones, mostramos realidades para que sea la gente quien haga un juicio. También medimos el impacto en la gente, que está viendo y sintiendo lo que pasa en todo el entorno y no sólo por un hecho”, agrega.

Wendy Cruz destaca el trabajo milimétrico y cuidado que hay detrás de las actuaciones, movimientos y gestos. Su personaje es una mujer que tiene interiorizado el machismo y lo reproduce a través del matriarcado. “Puede parecer contradictorio pero no lo es, la mujer tiene interiorizado el machismo. Ella necesita el control de su casa, de cómo la ven los demás. Vive todo el tiempo contenida, es como una olla de presión. Para ella es fundamental tratar de que las cosas no se le salgan de las manos”, platica.

Como en la vida real, la violencia naturalizada que representa esta obra no es tan evidente con escenas explosivas, sino en la inmovilización desesperante de la trama. Por ello, explican, al final abren un diálogo con el público que en ocasiones ha expresado su “odio” por uno de los personajes, o identificado con otros.

Fernando de Regil aclara que quienes ejercen violencia son seres humanos y tienen una razón de ser, por lo que el trabajo del teatro es humanizar a los monstruos sociales y representar lo que pasa.

El público se acerca a la obra como si estuviera “acechando” dentro de una casa. Cuentan que en Xalapa, una fotógrafa comisionada para documentar las obras de la muestra les pidió disculpas por no tomar fotos. “Sentí que estaba viendo algo que no debía ver. Me pareció invasivo retratar”, les dijo.

Otra anécdota se refiere a un maestro del municipio, quien el día del estreno comentó al final: “No la entendí. Pero no he decidido si ella [el personaje de Wendy Cruz] es mi madre o mi esposa”, a lo que de Regil contestó: “Entonces sí la entendió”.

Algunas escenas están basadas en obras de arte, Marpi Jiménez asegura que la pensó como una pintura, que dejara un final abierto para que sea el público quien la termine.

“Termina como una historia cíclica. El personaje del padre es en apariencia sumiso y resignado, pero hace lo que quiere. Él se puede ir y no se va. La hija se puede ir y no se va ¿Por qué es así? Es lo que queremos que el público se cuestione”, finaliza Cruz.

Tapanco Centro Cultural es un proyecto apoyado por el Fondo Nacional por la Cultura y las Artes 2017, la entrada a la obra es de 100 pesos general y tiene un cupo limitado a 40 personas. Las reservaciones pueden hacerse al teléfono: 9999 69 03 89 o al correo [email protected]