Siquiatra subdirector de Salud Mental de SSY, ineficiente: ex pacientes

La Jornada Maya
Foto: Valentina Álvarez Borges

Mérida, Yucatán
Viernes 19 de octubre, 2018

Diagnósticos erróneos, falta de criterio y un profundo desinterés por la evolución de sus pacientes, son algunas de las acusaciones que a últimas fechas rodean al médico siquiatra Arsenio Rosado Franco, quien años atrás fungía como director del Hospital Psiquiátrico de Yucatán y que recientemente fue nombrado subdirector de Salud Mental de la Secretaría de Salud (SSY).

A raíz de una publicación en redes sociales, decenas de personas que acudieron al consultorio de Rosado Franco -ubicado en la García Ginerés- en busca de ayuda a sus problemas emocionales, relataron públicamente las experiencias negativas que vivieron con el galeno y criticaron el nombramiento que recibió por parte del gobierno estatal.

Uno de ellos es Luis, quien por recomendación de familiares llegó a la clínica donde imparte consultas el siquiatra. Él ya había asistido a numerosos sicólogos y era su primera vez con un médico. Luego de una breve charla, le recetó antisicóticos, lo que le pareció bastante extraño.

“Desde la primera consulta me medicó y la droga me afectó de una manera muy negativa. Regresé con él y me dijo que era normal. Un tiempo después dejé de tomar los medicamentos porque me dejaban completamente vació, insensible”, relató el afectado. “Era incapaz de sentir emociones, era muy desagradable. No me sentía ni triste ni molesto”.

Luego de unos meses desistió de las consultas y acudió a otro profesional, quien le diagnosticó depresión. Le comentó sobre su experiencia con el anterior siquiatra y el médico le informó que la receta de antisicóticos estaba fuera de lugar.

[b]Coctel de drogas[/b]

Otro caso es el de Jorge, quien llegó al consultorio de Rosado Franco a causa de los constantes ataques de pánico que sentía. Luego de tres sesiones, fue diagnosticado con bipolaridad y se le recetó un medicamento para tratar la esquizofrenia y la bipolaridad aguda. También le dio clonazepam, “la dosis que yo quisiera”.

“Con ese coctel -sobre todo con el Geodon- me quedaba dormido. En la navidad me quedé dormido en la mesa, dormitaba mientras me bañaba; hasta en el mar. Vivía como un discapacitado”, recordó el entrevistado.

Ante la situación, el médico le prescribió Modafinilo. “Me dijo que era padrísima, que te hacía más inteligente y que lo usaban los alumnos más destacados de Harvard. Comencé a tomarla y me ponía muy acelerado. Era lo que me generaba crisis maniacas”.

Al cabo de unos meses, Jorge ya no recordaba nada. Padecía lagunas mentales y tenía la cara hinchada por las drogas, “estaba completamente descompuesto, como un enfermo mental”, describió.

Al percatarse del estado en el que se encontraba, su familia se preocupó y lo envió a otro médico, en la Ciudad de México. Fue ahí en donde descubrieron que el diagnóstico del doctor Arsenio era erróneo, no tenía bipolaridad, sino un trastorno de ansiedad.

“Fueron meses de mi vida perdidos, en los que no podía estudiar ni hacer nada por estar así de dopado y todo por un diagnóstico erróneo”, lamentó. “Estaba harto de ser una carga para mi familia”, dijo antes de confesar que la situación le acarreó pensamientos suicidas.

Aunado a lo anterior, las citas -cuyo costo asciende a mil pesos- no duraban más de 15 minutos, “era nada más ir al consultorio, que escribiera la receta, y salir. Nunca indagó en mi progreso, ni me preguntó cómo me sentía”.

[b]15 minutos de consulta[/b]

Un tercer testimonio es el de Verónica, quien llegó al consultorio por recomendación de un médico de la Clínica Mérida. Ella acudió a causa de un problema gastrointestinal que Rosado Franco dictaminó como “diarrea nerviosa”. Le recetó un antidepresivo: Bupropion.

“Yo toda la vida he ido con sicólogos y se me hizo sumamente raro que por mil pesos fueran 15 minutos de consulta. Ese fue el primer foco rojo”, recordó. Otra actitud que criticó del doctor es que éste se dormía durante las consultas, mientras le platicaba sus problemas.

“Yo le comentaba la situación a mis papás y no me creían. Fui con él aproximadamente tres meses, habrán sido cuatro o cinco consultas. La constante era que pestañaba durante los 15 minutos de consulta”.

Ella tuvo dos cuadros sicóticos transitorios luego de tomar el medicamento; lo que no debió haber sucedido de haber habido una prevención, ya que “la sicosis no es algo que se desarrolla de un momento a otro”, consideró.

Luego de percatarse del profundo desinterés de Rosado Franco en sus avances, Verónica decidió visitar a otro especialista; y fue una experiencia totalmente distinta. “Es consternante que este tipo de personas sean quienes velen por la salud mental de los pacientes. En la vida había escuchado de un doctor que se durmiera en una consulta”.

Como se mencionó, en días anteriores Rosado Franco fue nombrado subdirector del departamento de Salud Mental de la SSY, lo que originó severas críticas, ya que el galeno es acusado por diversas anomalías registradas mientras era titular del Hospital Psiquiátrico (2007-2013), incluyendo el suministro de medicamentos para experimentar con sus pacientes.