Conversemos proyectos, pero queremos toda la verdad: pueblos mayas

Paul Antonine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Domingo 7 de octubre, 2018

“Óiganlo muy bien”, exigen los pueblos mayas de Yucatán, mil 270, con mil cinco aliados, de 109 comunidades, y con las firmas de los escritores y periodistas Juan Villoro, Elena Poniatowska, Gloria Muñoz y Blanche Petrich, que se suscriben al manifiesto de que las autoridades deben dejar de tomar decisiones a nombre de los pueblos y hacer efectivo el derecho a la libre determinación.

Dicho derecho, indica el manifiesto, se reconoce por la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el artículo dos de la Constitución Mexicana y el siete bis de la yucateca, con lo cual se obliga a las autoridades de los tres niveles de gobierno a que los pueblos originarios se rijan por sus propias autoridades, protejan sus territorios y construyan su propio proyecto de vida.

El manifiesto reúne 13 puntos al que se suscriben los pueblos mayas de Yucatán, a través de los que exigen su derecho a la libre autodeterminación y que se diga toda la verdad por parte de gobierno y empresas de lo que quieren hacer en los proyectos en comunidades y montes.

“Dicen que ya no existimos, que los mayas ya nos acabamos y que solo estamos en los museos y en las zonas arqueológicas. También nos han dicho que las cosas están como están, porque de por sí así es, que unos mandan y otros obedecen, y que nada puede cambiar”, expresan. Los mayas de hoy, continúan, se desempeñan en distintos ámbitos de la sociedad contemporánea en Yucatán, hablan distintas lenguas nacionales y extranjeras, y durante siglos han sido divididos.

“Aquí estamos, aquí seguimos, y aquí queremos seguir, no nos vamos a ir”, enfatizan. Por lo tanto, no renunciarán a los derechos que tienen por ser el pueblo maya, ya que las leyes obligan a los gobiernos a respetarlos, no lo han hecho, pero ya es momento que ocurra.

Los pueblos, continúan, tienen corazón, historia y ganas de vivir, pero las autoridades ignoran su forma de hacer justicia y quieren despojarles del territorio.

“Ya nos dimos cuenta, que no representan a todo el pueblo maya esos mayas que están en el gobierno ahorita; ellos, están representando a los partidos políticos y los intereses que no son del pueblo, y ellos dicen que lo único que tenemos que hacer es respetar las leyes, esas que hoy nos están perjudicando y no nos convienen”, discuten. Piden que noten que aun hay tiempo de cambiar las cosas, porque no todos se han rendido y se pueden sacar acuerdos, pero ninguno será bueno si una parte se rinde y desaparece.

Rechazan proyectos, leyes, planes de desarrollo, entre otros elementos políticos, económicos y sociales, y no les convienen. Pero “todavía lo podemos conversar, pero necesitamos saber toda la verdad”, indican. Esa verdad es sobre los planes de los gobiernos y quienes tienen dinero sobre qué quieren hacer de los pueblos y montes.

“Primero nos tienen que decir toda la verdad, para saber si nos conviene o no. Queremos que vengan con su corazón abierto, también para que sepan cómo hemos cuidado nosotros y nosotras las cosas, nosotros sabemos cómo hacerlo”, enfatizan.

“Sabemos que tenemos el derecho de mandar en nuestro pueblo y que los gobiernos tienen que respetarlo”, recuerdan. También, es necesario que acomoden los derechos del pueblo original en las leyes, porque las que se hicieron a conveniencia han dividido.

“Mucho tiempo ni siquiera decían que existimos, ahora lo dicen y nos quieren obligar a hacer las cosas a su modo, hasta cómo sacar acuerdo diciendo que nos consultan”, indican.

“Todas las leyes que nos perjudican las hicieron sin nosotros, conocemos que tenemos el derecho de decirlo”, agregan.

“No vamos a esperar que ustedes digan quienes somos los mayas y quiénes no. Sabemos muy bien que si nosotros lo decimos, así es. Si ustedes quieren hacer su lista de pueblos, háganla. Nosotros ya sabemos quiénes somos mayas y quiénes no”, manifiestan.

Cuando se entienda, quieren que se escriba en los papeles y sea firmado por todos, para que sea válido para las autoridades que no creen en la palabra.

En los pueblos donde la lengua sea el idioma maya, solicitan que se dé clase en maya, no de maya; que se estudie matemáticas en maya, la historia del pueblo en maya y sean atendidos en escuelas, clínicas, registro civil, tiendas, televisión, jueces, juzgados y universidades en maya.

Exigen que dejen de ser despreciados, que sean respetados y tratados con dignidad, porque “así entenderemos que quieren que las cosas cambien y van a empezar a sanar las heridas de la historia de todo el pueblo”.

En acuerdo con los pueblos, rechazan: en Homún la granja de cochinos junto a los cenotes; en Kimbilá que hagan lo que se les antoje como el mercado sobre el campo de futbol, que sea en otro lado; en Kanxok ya resolvimos unir los ejidos que dividieron; en Copó no queremos un muro como el de la hacienda en medio del pueblo para que vivan adentro los que no son del pueblo.

En Chablekal y en Chocholá no queremos que el ejido tome las decisiones sobre los montes y el aire, el sol y el agua, porque es de toda la gente.

“No les vamos a entregar nuestras mejores semillas y nos defenderemos cada vez que quieran rociar de veneno la tierra. Les notificamos que no estamos contra los eólicos, queremos que haya un eólico en cada pueblo pero que sea para que tengamos corriente limpia los que vivimos en el pueblo. No vamos a esperar que ustedes hagan sus consultas, nosotros sabemos tomar decisiones. Siempre lo hemos hecho”, declaran.

Tampoco quieren un retroceso de 600 años, porque saben usar tecnología, ciencia y arte, lo cual es un derecho. “Nosotros exigimos el derecho a la libre determinación porque el pueblo maya es sujeto de derecho y que la única ley posible, sea una ley que reconozca que tenemos el derecho de hacer nuestras leyes”.