La Jornada Maya
Foto: Prensa Ópera Irreverente
Mérida, Yucatán
Lunes 6 de agosto, 2018
La compañía Ópera Irreverente regresa a los escenarios para dar a conocer su nuevo proyecto, [i]Simbad[/i], en el que retoma su amor por la ópera con una nueva fórmula que incluye teatro de sombras y una pizca de circo, maroma y teatro.
En esta propuesta, Los Socios del Ocio –autores y productores de la obra– traen a escena, no precisamente a [i]Simbad[/i], sino al pequeño Mau, adolescente con un profundo miedo a la oscuridad –porque nunca se sabe qué se esconde detrás de aquello que no podemos ver, y la incertidumbre siempre es aterradora.
Aunque Luis Felipe Losada y Mauricio Jiménez Quinto –autores– dedican buena parte del montaje a desarrollar dicho personaje, el público debe saber que no se trata de las aventuras que leímos acerca del avezado marino venido de Oriente.
Un viejo libro, una patineta, los consejos de mamá, cuatro singulares amigos llegados de tierras muy lejanas y una ballena con complejo de sirena, todo eso es [i]Simbad[/i].
Entre escenas musicales, diálogos y narraciones, esta historia mezcla dos mundos: el de la fantasía y el de la realidad del pequeño Mau; ambos seriamente influenciados por las aventuras de [i]Simbad[/i], el marino. A partir de este motivo, sus creadores exploran temas como el miedo a crecer y a la incertidumbre, y cómo se acompañan éstos con los estereotipos de una sociedad, mismos se quedan grabados en la memoria de los más pequeños.
¿Y si me crece la barba rosa?, pregunta el pequeño Mau, inspirado en uno de los personajes de su ficción. Los personajes de su mundo son él mismo, y el público, de alguna manera, también puede ser el pequeño Mau.
[b]Después de 'Elefante'[/b]
Tal como hicieron en [i]Elefante[/i], ópera en espacio mínimo, Los Socios del Ocio se adentran una vez más en el universo de los niños para abordar los problemas y las circunstancias típicas relacionadas con la transición entre niñez y pubertad.
A diferencia de [i]Elefante[/i], cuyo montaje sucede en un contexto un tanto más oscuro, [i]Simbad[/i] conserva la esencia de sus creadores al agregar tintes cómicos, épicos e hilarantes, además de ser una propuesta llena de contrastes, capaz de divertir y a la vez mostrar el lado más aterrador de su historia, a fin de indagar en un mensaje profundo y complejo sobre los retos y las realidades que viven los niños durante su paso a la adolescencia, ya sea en un momento de ausencia de los padres o el pronunciado distanciamiento con sus hijos, así como la presión social y la marcada influencia de figuras impuestas a los jóvenes.
A esto, los autores subrayan la importancia del hábito de la lectura, ya que el protagonista de esta historia es quien encuentra refugio, consejo, alivio y valor en los libros y su desbordada imaginación.
Quizá sea que me recuerdo a mí mismo, al igual que el pequeño Mau, descubriendo y adquiriendo este gusto por los libros justo en la transición entre mi niñez y la adolescencia, confiesa Luis Felipe Losada, autor del montaje.
La ópera, dirigida a niños a partir de seis años, está escrita por Luis Felipe Losada y Mauricio Jiménez Quinto, en estrecha colaboración con Bárbara Perrín, Valerio Vázquez y Adrián Juárez Martínez. Cuenta con la dirección escénica de Valerio Vázquez, especialista en artes circenses.
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