Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 29 de junio, 2018

Después de que [i]La Jornada Maya[/i] publicara un reportaje sobre la presencia de agroquímicos tóxicos y cancerígenos en el agua potable de Yucatán, el titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), Eduardo Batllori Sampedro, declaró que “estamos envenenados por todos lados”.

Manifestó que desde el gobierno federal no existe la intención ni el interés de actuar para prohibir el uso de los químicos en el campo yucateco. Se pide a las instituciones correspondientes (Sagarpa, Senasica, Cofepris, ProAgua, entre otras) que se prohíban, pero no ocurre, ni tampoco inciden en colocar reglas de operación más rígidas, expresó.

A los diputados, dijo, también se les pidió incidir en regulaciones como que los agroquímicos sean adquiridos mediante receta, no como actualmente ocurre, que “hasta un niño puede comprarlos”.

Desde los años sesenta se comenzaron a usar los agroquímicos en el mundo, por lo que son una cultura arraigada, que tienen una promoción tremenda para su uso en el campo a niveles extensionistas, señaló. Entonces se trata de una práctica común de décadas, en la que desde instituciones federales, como Sagarpa, pero también estatales, como Sedur, entregan los pesticidas y plaguicidas en forma de apoyos.

Reiteró que desde las Naciones Unidas se ha probado la relación de los agroquímicos con el cáncer, y que en Yucatán hay un “coctel de pesticidas” en jóvenes, mujeres y niños. En 15 o 20 años, señaló que si no se trabaja, el costo de salud será mayor para Yucatán.

Reconoció el esfuerzo de la Escuela de Agricultura Ecológica de Maní en la producción orgánica, pero señaló que las técnicas agropecuarias deben dirigirse hacia la enseñanza de lo agroecológico.

Desde la Seduma se recolectan los envases ya usados en centros de acopio y se capacita a los productores para su buen uso (más de mil el año pasado), pero si desde la administración federal no se actúa para evitar que sea tan fácil comprar los agroquímicos, y desde el estado se siguen otorgando en forma de apoyos, el agua y Yucatán continuarán siendo contaminados, aseguró.

En 2017 se recolectaron más de 20 toneladas de envases, mencionó. Hay un centro de acopio en Mérida, y se construía otro en Muna, pero se robaron la reja ciclónica, por lo tanto se requieren de recursos para concluirlo, agregó.

También se arman grupos de trabajo para concientizar y capacitar a las personas, con la intención de dar a conocer los problemas de contaminación, añadió.

El reportaje publicado por [i]La Jornada Maya[/i] presentó los resultados para la Determinación de plaguicidas organocloroados en agua de sistemas de pozos de abastecimiento en municipios del estado de Yucatan, México, realizado por Hideyo Noguchi, a solicitud de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de Yucatán y Secretaría de Salud de Yucatán (SSY), entidades que encargaron el proyecto de manera confidencial.

El estudio señala que en los 40 municipios de Yucatán donde se realizó el estudio había presencia de agroquímicos relacionados con problemas de salud como cáncer, malformaciones congénitas, muerte fetal e infantil, y enfermedades en el sistema nervioso central y el sistema reproductivo.

Aunque son accesibles a cualquier persona en lugares como el centro de Mérida, los agroquímicos, plaguicidas y pesticidas, son otorgados por el gobierno de Yucatán a través de la Secretaría de Desarrollo Rural, mediante apoyos.

Batllori Sampedro expresó que se ha avanzado con dicha dependencia, en el programa peso a peso, por medio de apoyos 70-30 a quienes usen sustancias orgánicas, aunque lo ideal es que sea del cien por ciento.

Desde la Seduma, dijo, se trabaja con la Junta Intermunicipal del Puuc, la jugera de Akil, Fertimaya, entre otras entidades para promover los cultivos orgánicos y el sistema agroecológico silvopastoril, con la intención de reducir el uso de agroquímicos.

Consideró que el uso de agroquímicos debe ser nulificado, excepto cuando sea estrictamente necesario para el control sanitario, específicamente en plagas y moscos, pero tendrán que ser aplicadas de manera puntual, dosificada y temporal.

[b]Conciencia[/b]

Desde los ciudadanos, expresó, también debe existir conciencia del buen uso de los agroquímicos, porque en las casas se tienen pesticidas. Lo que debe trabajarse es en controles biológicos, reducir la demanda de los productos derivados de los agroquímicos a través del consumo de productos del campo orgánicos, enfatizó.

Hay sellos como el “4”, que significa que se produjo con agroquímicos, el “8” con transgénicos, o el “9” que son limpios, que se colocan en las etiquetas de los productos, dijo. “Lo más barato tiene un chorro de veneno”, concluyó.


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