Juan Manuel Contreras
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Miércoles 27 de junio, 2018
Uno de los salones del Palacio de la Música fungió como escenario para que miembros de la prensa local presenciaran el encuentro entre la selección mexicana y la sueca, correspondiente a la tercera jornada del grupo F de la Copa del Mundo Rusia 2018. Posterior al convivio, los comunicadores hicieron un recorrido por las instalaciones del museo, encabezada por el titular de la Sedeculta, Roger Metri Duarte.
En punto de las ocho y media de la mañana, los invitados comenzaron a llegar al recién inaugurado recinto a fin de no perderse un solo minuto de la transmisión del encuentro. Emocionados por la actuación de la escuadra mexicana, muchos planeaban la cobertura subsecuente a los festejos de victoria en el monumento a la patria.
Llegó la hora del desayuno y las tradicionales tortas de cochinita no se hicieron esperar. Los miembros de los medios de difusión comieron y extendieron sus opiniones respecto al encuentro que estaba por dar inicio.
Posterior a la transmisión del partido, el secretario de cultura, Roger Metri Duarte, ofreció un recorrido por el Palacio de la Música, explicando a detalle cada una de las ocho salas que lo integran y el uso de las atracciones interactivas que ya se encuentran a disposición de los visitantes.
Luego de un amplio vestíbulo, se encuentra el denominado Patio de las Cuerdas. Se trata de una zona al aire libre destinada a realizar serenatas, ensayos y eventos relacionados con la música en general; y tiene capacidad para albergar cerca de 400 personas.
Descendiendo por el sótano del inmueble, los visitantes encontrarán el museo interactivo-multimedia, cuyo eje rector es la Música Popular Mexicana; desde sus orígenes hasta el panorama actual de la misma, todo detallado en tres lenguas: español, inglés y maya. Al ingresar, la gente es recibida con una proyección del compositor Armando Manzanero, quien da la bienvenida.
Todas las salas están equipadas con estaciones de escucha; estructuras diseñadas para activarse cuando alguien se coloca debajo de ellas y “sintetizar el sonido”, según explicó Metri Duarte. En ellas los interesados tienen la oportunidad de escuchar las piezas más representativas de la época, según el área en donde se encuentren.
La primera sala está dedicada a los antecedentes de la música. Sonidos prehispánicos, música colonial, profana; del ámbito público y privado del siglo XIX se explican a través de pantallas interactivas. También cuenta con un área lúdica especial para los niños, que cuenta con instrumentos prehispánicos.
Luego está la zona de Culturas Musicales, en donde es posible conocer acerca de la música tradicional, desde las identidades que ésta encuentra -y confronta-, hasta las expresiones vivas de las melodías. También hay un área centrada en la jarana y la trova yucateca.
La música en el teatro, la radio, el cine y la televisión convergen en la sala denominada Música en los Medios. En dicho espacio, se encuentra el patrimonio sonoro de México, cuya distinción radica en la multiculturalidad que se deriva de los flujos migratorios.
En esta área se encuentra el Cine Palacio: La música que hemos visto. La entrada está marcada por una tradicional taquilla, cuyo taquillero está dormido normalmente, basta con un par de golpes a la ventana para que éste se despierte e informe sobre las funciones del día.
También se cuenta con un punto para honrar a los protagonistas de la música; tanto autores, como compositores, instrumentistas e intérpretes. En este lugar, está una de las mayores atracciones del museo: un piano de cola adecuado para reproducir hologramas que emulan a los artistas de la época.
Artistas de la talla de Agustín Lara y Consuelo Velázquez se “apersonan” tras el escaparate para interpretar sus éxitos más conocidos -y los no tan conocidos- ante las miradas atónitas de los asistentes.
Finalmente, se encuentra la sala de Conformación y Expansión Musical, en donde los visitantes tienen la oportunidad de escuchar a sus artistas favoritos en distintos formatos; desde el vinil hasta los discos compactos y la música digital.
“Esperamos que el público se lleve no solo la experiencia de escuchar la música; sino lo pedagógico que significa conocer la historia del país a través de sus regiones y su música”, comentó el secretario de cultura al finalizar el paseo.
El Palacio de la Música ya abrió sus puertas, pero únicamente para visitas guiadas. Será hasta el mes de agosto -una vez armado el fideicomiso y nombrado el director de la institución- cuando el inmueble funcione al cien por ciento.
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