La solidaridad internacional

Ángel Rivero Palomo
Foto: Afp
La Jornada Maya

Lunes 16 de octubre, 2017

A diferencia de hace 32 años en el sismo de 1985, las terribles imágenes difundidas con la inmediatez de las redes sociales mostraron la confusión y devastación vivida en México durante estas difíciles semanas posteriores a los sismos que dañaron familias, vidas, negocios, edificios e infraestructura en las zonas del epicentro y réplicas. Por la velocidad con la que viaja actualmente la información, a los pocos minutos los jefes de estado, primeros ministros, embajadores, organizaciones, personalidades y usuarios, expresaron su solidaridad con el país y ofrecieron apoyo.

Además del trabajo de las autoridades y equipos de rescate, la catástrofe mostró la solidaridad de voluntarios civiles que apoyaron en los trabajos posteriores al terremoto, el cual será recordado en la historia por los esfuerzos y unidad de los mexicanos.

A los pocos minutos de haberse terminado de sacudir la tierra, surgieron grupos de voluntarios espontáneos que abarrotaron las calles para socorrer a quien lo necesitara en las zonas más afectadas. Nadie los convocó, dirigió u organizó, simplemente su voluntad los movilizó. Se armaron de guantes, cascos, palas, picos, o con lo que se pudiera contribuir para localizar a personas entre los escombros, también hubo quienes optaron por colaborar con agua, comida, medicinas para apoyar a los rescatistas y heridos, además de abarrotar los centros de acopio con donaciones para auxiliar a las víctimas.

Ocurrieron fenómenos que no se esperaban, como la desmitificación de que los millennials son una generación apática al trabajo, idea que se modificó por la cantidad de jóvenes que apoyaron con enorme solidaridad ante la tragedia. Es la solidaridad entre compatriotas la que ha dibujado el perfil del México arraigado al sentimiento de una patria que nos ha cobijado y que ahora necesita de su ciudadanía en torno a este gran valor que une a integrantes de la sociedad a través del sentimiento de reconocimiento y ayuda sin recibir nada a cambio.

A través de las redes sociales y medios de comunicación hemos podido atestiguar, participar, movernos para colaborar con los miles de mexicanos afectados. Sin lugar a dudas, la solidaridad es un valor que está en el ADN social mexicano, ayudar a nuestros paisanos. Asimismo, una vez más la desgracia ha traído consigo la mejor muestra de solidaridad internacional que ha recibido México y que es el punto central de estas reflexiones, porque es importante reconocerla y agradecerla como ciudadanos de esta nación.

La ayuda de la comunidad internacional comenzó a fluir, la ONU asesoró a México para poder identificar la ayuda específica que se necesitaba y fungir como enlace con los países que contaban con maquinaria especializada en labores de rescate. El Centro de Coordinación de Respuesta de Emergencia de la Unión Europea, apoyó monitoreando las necesidades de apoyo in situ.

Los países que enviaron ayuda a México fueron: Alemania, Argentina, El Salvador, Bolivia, Canadá, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Honduras, Israel, Italia, Japón, Panamá, Rusia, Perú, República de Corea, Rusia, Santa Sede, Suiza, Taiwán, Turquía y Venezuela. Ciudadanos de estas naciones amigas pusieron su tiempo, esfuerzo y vidas para salvar la de nuestros compatriotas.

Rescatistas, médicos, ingenieros, artistas, militares, pilotos, brigadistas, equipos de rescate caninos, cientos de miles de toneladas de equipos, a través de una estrecha coordinación con el ejército y cancillería de México, han sumado sus invaluables fuerzas para restaurar una normalidad que necesitamos reflexionar en casa para darnos cuenta que los mexicanos somos mucho más que nuestras diferencias internas o nuestros problemas.

Al respecto, el titular de Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) Luis Videgaray Caso, declaró en la cadena de noticias CNN, que “la respuesta de la comunidad internacional ha sido extraordinaria […]” por lo que el canciller manifestó su gratitud a nombre del gobierno mexicano con estos países, por ofrecer su ayuda incondicional ante la catástrofe natural.

Cuando estos momentos que hemos vivido empiecen a cicatrizar, es muy importante que la presencia de la comunidad internacional sea siempre recordada y valorada porque el espíritu y los valores trascienden nacionalidades, culturas e ideologías. Sin duda México hoy recibe una gran enseñanza a través de la solidaridad internacional: los mexicanos tenemos amigos en el mundo y el mundo tiene un amigo en México.

[b]@ariveropalomo[/b]