¿Beneficios o perjuicios a AMLO?

Joana Maldonado
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Lunes 8 de enero, 2018

Sostengo, sin ser pretenciosa, que Andrés Manuel López Obrador no necesitaba de las estrategias mercantilistas electorales que ha sumado su dirigencia en Quintana Roo para tener “buenos resultados” al precio que sea, porque desde hace 12 años la entidad ha mostrado simpatía hacia el ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

En las oficinas de Morena de la colonia Proterritorio cuelga una lona con letras rojas y negras con fondo blanco que reza: “José Luis Pech Várguez, traicionaste los principios básicos, los estatutos y le faltaste al respeto a la militancia de Morena”. Un asunto innecesario que abona a la desconfianza de la militancia que desde hace muchos años se la juega con el eterno candidato presidencial.

Al ex priísta Pech Várguez le ha costado un huevo –en la cabeza– incorporar a sus ex compañeros del Revolucionario Institucional ligados al borgismo y felixismo que sin importar el costo político, impuso como candidatos en Morena.

La referencia principal es la de Maribel Villegas, de quien nadie duda que cuenta con un capital importante que la apoya sin distinción al partido que la postule y que incluso la hace competitiva, pero de saltar como delegada-operadora del tricolor en la Sedesol a Morena, el partido “incorruptible”, suena ciertamente muy incongruente.

A López Obrador esas estrategias no le eran necesarias y desconocemos por qué, con los datos a simple vista, su dirigente en Quintana Roo insista en ellas.

Nos queda claro que incorporar a priístas o cualquiera con capital político es parte de las estrategias de Andrés Manuel López Obrador y Movimiento Regeneración Nacional en el país para garantizar una victoria en la elección presidencial y sumar también diputados y senadores al Congreso de la Unión que le permitan una gobernabilidad, claro, en caso de ganar.

En otras latitudes se repite el mismo modelo, pero ¿era necesario en Quintana Roo? En donde en 2006 y 2012 se ha colgado la victoria con una diferencia de hasta diez puntos porcentuales sobre los candidatos ganadores, y pese a las campañas sucias como la del 2012 en donde como ejemplo, a los medios de comunicación se les prohibía expresamente la cobertura a los eventos en donde AMLO participara.

En el caso más reciente, en julio de 2012, Andrés Manuel ganó en Quintana Roo aunque por otra parte triunfaron candidatos a diputados del Revolucionario Institucional bajo la asistencia del PRI-gobierno que en ese entonces encabezaba Roberto Borge.

En esa misma elección, la candidata en el Distrito 02, prácticamente sin campaña y con el más bajo nivel de popularidad, Yessuni Martínez Hernández, se colocó en el segundo lugar de votación por debajo del entonces candidato priísta, Raymundo King de la Rosa que soltó la casa por la ventana.

En una pequeña muestra y con la ventaja que AMLO tiene a nivel nacional, cualquiera habría conseguido los buenos resultados que busca su dirigencia en el estado sin menospreciar a la base.

Lo más extraño es que desde el 2016 Andrés Manuel parece estar enterado de estas incongruencias que incluso lo vincularon como parte de una estrategia para favorecer al entonces candidato del tricolor Mauricio Góngora, pero sin tomar cartas en el asunto.

Por lo visto en los últimos mítines de AMLO, las acciones emprendidas por Pech Várguez no han empañado su imagen, sin embargo faltan varios meses para las elecciones y habrá que ver cómo pueden cambiar esa impresión que algunos seguidores consideran decepcionante e incongruente.

[i]Chetumal, Quintana Roo[/i]
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