Árbitros son inconsistentes en el uso del VAR

Marlene Santos Alejo
Foto: FMF
La Jornada Maya

Ciudad de México
Lunes 03 de Diciembre, 2018

¡Se emborrachó la policía! Resulta que los que deben impartir justicia en la cancha andan confundidos con el uso del videoarbitraje (VAR), se nota que apenas se están adaptado a la nueva herramienta y no hay criterios uniformes en acciones similares para correr a consultar las pantallas. Las inconformidades de técnicos y jugadores brotan enérgicas y resulta difícil defender a los nazarenos ante los exabruptos de los nerviosos y explosivos Hernán Cristante y Miguel Herrera.

Ridícula la falta revisada en pantallas y sancionada a Milton Caraglio, cuando todos esperaban la segunda amarilla para Édgar Méndez y la consiguiente expulsión en el juego de vuelta entre Cruz Azul y Querétaro; tan absurda como hilarante la expresión del [i]Piojo[/i] Herrera, quien ante las omisiones, indecisiones y una larga compensación, dedujo que en la caseta de videoárbitros los encargados estaban "comiendo tortas" en vez de cumplir con su labor. Esos seis minutos enmarcaron el hermoso gol de Alexis Vega en el choque de ida Diablos-Águilas.

Las directivas, los aficionados y dueños exigen el título a los clubes en liza. Antes que nadie La Máquina, que busca dejar de ser el blanco favorito de las burlas. El lunes pasado el mandamás del América convivió con el plantel y de paso reclamó el cetro, mientras Cristante o lo entrega por fin o se va al sicólogo. En el norte no es menor la presión; Ricardo TucaFerretti se quedó como el perro de las dos tortas: ni [i]Tri[/i] ni título. Monterrey se ilusiona otra vez, le urge alzar la copa con Rogelio Funes Mori en plan inspirado.

Los Pumas de David Patiño se sublimaron y acallaron a todos los que hacían los peores augurios tras la venta de Nicolás Castillo. No hay "nicodependencia" y sí garra y juego de conjunto. El equipo del Pedregal esta vez no fue víctima de los horarios de televisión y pudo aprovechar a plenitud sus condiciones de local para asfixiar –con el sol del mediodía como aliado– a unos aburguesados y millonarios Tigres, que de nuevo fueron la decepción del certamen. El francés André-Pierre Gignac, flamante líder de goleo, simplemente se apagó.

Santos Laguna dejó para mejor ocasión el sueño del bicampeonato y el trono quedó vacante. A lo largo del torneo los albiverdes lucieron fuertes, siempre protagonistas y firmes prospectos; no obstante, al final les pasó factura el desmantelamiento, porque desprenderse a la vez de los dos centrales, Néstor Araujo y Carlos Izquierdoz; del atacante estrella Djaniny Tavares y de remate del técnico campeón, y hacer como que no pasa nada, resultó imposible. De nuevo la violencia: el sábado por la noche en Torreón el autobús de los Rayados fue apedreado en su camino hacia el aeropuerto.