Periodistas culturales sufren por nuevas tendencias: MacMasters

Lilia Balam
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 6 de septiembre, 2019

El periodismo cultural no está en su mejor momento: los espacios en medios impresos se han reducido ya que cada día se consumen menos, y por lo tanto, los temas se abordan con menos profundidad, expresó la galardonada periodista cultural de [i]La Jornada[/i], Merry MacMasters, en el marco del [i]Coloquio del Centro Virtual de Documentación e Información La Ruptura[/i] (CEVIDI) 2019.

Durante la conferencia [i]Entre la historia del arte y el periodismo cultural[/i], la reportera indicó que ya no es redituable pagar publicidad en periódicos de formato impreso, pues cada vez se compran menos. Esto ha generado que los espacios para que los periodistas publiquen sean cada vez más pequeños, es decir, se apuesta por el formato conciso y breve.

"Ya no hay lugar para la paja y la poesía, el jefe pide que todo sea al grano. Las notas tienen que ser informativas, sin comentarios personales ni retórica. Por ello es necesario aprovechar al máximo el espacio y profundizar hasta donde sea posible en los temas", sostuvo.

El periodismo cultural contribuye a la formación de públicos críticos y especializados, por lo tanto, aunque "no quieran leer discursos demasiado largos o abstractos y les gusten las cosas platicaditas", la falta de análisis y de crítica en los medios informativos ha ocasionado que los lectores "se sientan huérfanos, sin guías para adentrarse a la multiplicidad de exposiciones y temas", agregó.

MacMasters consideró que es necesario que los periodistas culturales jueguen un papel de mayor rango en la sociedad. "Sus opiniones deben ser cada vez más tomadas en cuenta. Ante la desaparición de los críticos, o por lo menos eso parece en las artes visuales, el periodista cultural debe suplir y asumir las responsabilidades ante la sociedad, no solo vernos como empleados cumpliendo con su trabajo, no somos burócratas", señaló.

De acuerdo con la colaboradora de [i]La Jornada[/i], la época dorada del periodismo cultural fue en la década de los 80, alrededor de 1983, cuando se abrió un amplio panorama de actividades culturales y de espacios en medios de comunicación. En concreto, mencionó el caso del periódico [i]El Nacional[/i], durante el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando se comenzaron a contratar reporteros para cubrir la sección cultural.

"Anteriormente la sección cultural contaba con colaboradores fijos que llevaban sus textos. A raíz de ese interés hubo contrataciones de reporteros y columnistas y empezaron a aumentar las actividades del sector, ese auge se tradujo en mucho espacio para la información cultural", precisó.

Para la reportera, los periodistas culturales enfrentan una ruptura con la manera de realizar su labor, que difiere de épocas anteriores: con la posibilidad de que los medios impresos desaparezcan ante el boom de los espacios digitales, así como la inmediatez. "La forma de trabajar difiere de cómo lo hacíamos en el pasado. La tecnología no te hace mejor reportero, es solo una herramienta de trabajo. Solo saldrá mejor si uno se prepara para hacerlo bien", puntualizó.

En la charla también participaron el director del Museo Fernando García Ponce MACAY, Rafael Pérez y Pérez, así como la reportera de [i]La Jornada Maya[/i], Katia Rejón Márquez, quien durante su intervención hizo hincapié en que quienes trabajan en el periodismo cultural no deben "cerrarse" a consumir la cultura con la que se identifican.

"La cultura no es una sola, hay muchas, y las personas también son creadoras de significados. Una de las tareas pendientes del periodismo cultural es voltear a ver a quienes no son llamados artistas", concluyó.