Resistiendo a la Canirac

Jhonny Brea
Foto: Enrique Osorno
La Jornada Maya

Martes 8 de octubre, 2019

¡Al fin, una victoria! La [i]Estrategia Integral de Defensa de la Quincena[/i] funciona, pero hay que ser inteligente y humilde, reconocer que a veces hace falta pueblo.

Verán, andaba supervisando que [i]El Kizín[/i] cumpliera con su castigo por andar de vándalo en la escuela. A lo mejor es consuelo de tontos, pero como a alguno en su grupito se le ocurrió espetarle al director un rabioso "¡fuimos todos, maestro!", éste nada más dirigió la mirada hacia los papás y dijo un sosegado "a confesión de parte, relevo de pruebas", así que todo el salón tiene suspensión de garantías en la casa y en la escuela.

Pero les decía otra cosa. En lo que el prospecto de anarco-conservador se esmeraba en quitarle la tierra a sus calcetas a punta de jabón Princesa (ustedes saben, también opera la transmisión de saberes acerca de las labores propias de mi sexo), [i]La Cutusa[/i] estaba dando vueltas con su teléfono, hasta que por fin se acercó con cara de enmuinada. Apenas pudo explicarme que quería salir, dejar un rato la casa y cenar en un restaurante aprovechando la semana de promociones que organizó la Canirac. Le agradecí la señal de madurez que representa la consideración a mi exangu?e cartera.

"¡Pero no se vale, papá! ¡Ya revisé 15 restaurantes y en 10 te sirven fetuccini Alfredo o chipotle; en tres, hamburguesas, y los otros dos son de tacos al pastor; además, ni agua dan, sólo Coca-Cola sin azúcar, y una [i]chan[/i] bola de helado!"

A todas éstas, [i]La Xtabay[/i] ya se había aproximado, también con intenciones de convocar a una salida de la casa, y [i]El Kizín[/i] ponía ojos de cachorro abandonado, o era efecto de usar demasiado cloro sobre sus calcetas. Ante esa presión, comencé a repasar a cuánto se reducía mi capital, sobre todo si había por lo menos una cara de Diego Rivera, para que fuéramos los cuatro. Ya estaba pensando que en caso de insuficiencia [i]El Kizín[/i] se quedaría en casa como parte de su pena, pero cuando dijeron que nada de pastas ni con el [i]Mérida Fetuccini Week[/i], sentí que el cielo se abrió ante mis ojos… y mi cartera. "¡Nos vamos al pueblo!", fue lo único que les dije.

Al principio pusieron cara de "éste ya enloqueció", pero como también reconocieron el aplomo de macho omega grasa en pecho, espalda peluda, nalga de leña de pirul, abdomen de lavadora y bebedor de cerveza light, me siguieron la corriente, cosa que no les resulta difícil cuando se trata de que yo pague. Así, sin mayores inconvenientes, fijé el curso hacia Caucel. Por supuesto, atravesamos esa parte del municipio de Mérida que seguramente don Guillermo Bonfil Batalla habría calificado de "imaginaria", y en ese caso mi destino estaba en el "municipio profundo"; es decir, el mero centro de la más grande de las comisarías.

Apenas bajamos, [i]El Kizín[/i] se animó a cuestionar "¿vamos a comer sobre la tierra?", pero a todas éstas, mi dulce tormento sonreía luminosamente y casi al oído me dijo un "tenías razón, huele a que cocinaron con leña el relleno negro", y [i]La Cutusa[/i] gritó "¡vamos a cenar al fresco!".

En efecto, una mesita frente al kiosco fue suficiente. En una de esas nada más falta que el H. Ayuntamiento haga un programa para que los chicos talentosos del Centro Cultural del Sur y de la ESAY ofrezcan muestras de sus avances los fines de semana, y estoy seguro de que eso se llena. Mientras, nos despachamos un caldo de pavo, empanadas de queso de bola, panuchos también de pavo y salbutes de relleno negro. De broma, le dije a mi hija: "Mira, la horchata es DOC Yaxkukul", pero la chica que nos atendía reviró: "No, don; el concentrado lo [i]jan[/i] prepara mi ti'iya". [i]La Cutusa[/i] sonrió; estaba frente a una horchata "reserva especial de la casa". Por su parte, [i]La Xtabay[/i] puso en su mira el queso napolitano que acababa de llegar al tinglado.

[b]Macho omega que se respeta[/b]

Cena [i]al fresco[/i] en Caucel para cuatro personas: menos de 200 pesos. Regresamos hasta con tamales horneados para el desayuno. La cartera sobrevive al menos hasta el festival del panda tragón de [i]p'iib[/i].

[i]Mérida, Yucatán[/i]
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