Radares alados

Texto y foto: Mauricio Cervantes
La Jornada Maya

Jueves 23 de abril, 2020

[i]Camazotz[/i]: el Señor Murciélago. La que a primera vista parece una cerámica maya de la mejor factura, tendría que figurar en la mejor antología de creaciones apócrifas. Se trata de una pieza finalista del concurso organizado por Warner Bros Entertainment en 2014 para celebrar a [i]Batman[/i]. Su autor: Christian Pacheco.

Pero el verdadero [i]Batman mexicano[/i] es el biólogo Rodrigo A. Medellín. Fue nombrado así por David Attenborough, el mayor divulgador naturalista de la televisión científica.

[i]El Batman de México[/i], narrado por Attenborough y producido por la [i]BBC[/i], es un documental galardonado con premios como el llamado [i]Oscar Ecológico[/i].

Una de las campañas más visibles del doctor Medellín es la creación de la etiqueta [i]Bat friendly[/i] para los destilados de agave, planta cuya floración ocurre una vez en su vida, proceso que requiere muchos de sus azúcares, codiciados en su totalidad por la industria del mezcal y el tequila. Sin flores, no hay semillas, néctar ni reproducción sexual, lo que acarrea un grave desajuste ecológico. Para regenerar el sistema del que forman parte los murciélagos, basta con la floración de 5 por ciento de una plantación de maguey, proporción recomendada por el científico, además de ser el mínimo para merecer la etiqueta. Con acciones como ésta, Medellín ha conseguido que algunos quirópteros salgan de las listas en las que fueran catalogadas como especies amenazadas.

En otro ámbito, el imaginario que Francisco Toledo dedicó a los murciélagos no tiene parangón en la historia del arte contemporáneo. Si algo compartía Toledo con los quirópteros, era la cualidad de radar para pulsar los cambios más sensibles de su entorno y la de mirar más allá de la apariencia de las cosas.

Reducida desde sus etimologías griegas, la palabra murciélago podría traducirse como “ciega mano alada”. Ésta resumiría, en muchos sentidos, la manera de actuar de Toledo, cuya mano alada podía moverse dentro de la materia oscura del misterio para develar verdades desde la plataforma de un activismo ecológico, de la cual fuera pionero, al vincular en una sola causa la educación, el arte, la defensa de los derechos sociales y del medio ambiente.

Sobre la naturaleza totémica del murciélago: su sino es la transformación, así como la revelación y entendimiento de nuevas ideas y expresiones que aparecen de forma vertiginosa. Emergen de sus cuevas después del crepúsculo. No temen a la oscuridad: pueden mostrarnos caminos de transformación que antes no fueron andados, y enseñarnos a percibir con otros sentidos para entender el mundo de nuevas maneras.

En cuanto a los falsos enunciados sobre el COVID-19, no hay evidencia científica que pruebe que un quiróptero fuera el vehículo de su transmisión a los humanos. Sin pruebas suficientes, por otro lado, se ha afirmado que la aparición del virus resulta de la presencia de miles de antenas de telefonía móvil 5G, en Wuhan. Si esta conjetura fuera infundada, lo cierto es que científicos connotados, después de 20 años de investigación, han comprobado los peligros en la salud derivados de la telefonía móvil. Sorprende encontrar en la web tan poca información sobre los campos electromagnéticos y sus efectos, como si éste, o la historia de la electricidad, fueran temas de escaso interés para la ciencia. La tecnología 5G se está implementando sin haber probado que es inocua.

A quienes emiten las alertas se les llega a tachar de oscurantistas. Y sí, es posible que, desde los misterios de la oscuridad, desde la que se rinde tributo a la tierra y a todos los seres que la habitan, es donde puedan afinarse los sentidos; como hacen los murciélagos cuando perciben -metafóricamente- nuevas realidades.

Al escribir estas líneas vuelan en mi recuerdo los 3 millones de murciélagos que vi salir un día del Volcán de Balam Ku, en la Reserva de la Biosfera de Calakmul, Campeche.

22 de abril: Día Mundial de la Madre Tierra.

[b][email protected][/b]

Edición: Ana Ordaz