Puntual a su ancestral cita, Kinich Ahau llegó a la mítica ciudad maya de Kankí, en su eterna danza astral con la que anunció el inicio de la temporada de lluvias y el fin de la sequía, otorgando su venida para iniciar la preparación de la tierra y la siembra el maíz, el grano sagrado de Mesoamérica.
La antigua ciudad maya, ubicada al oriente de Tenabo, recibe los días 1, 2 y 3 de mayo la señal de la deidad solar, que al caer la tarde ilumina con sus rayos las cuencas vacías del mascarón de jade localizado en la parte superior de la estructura denominada Yax Kin.
Es un bello espectáculo astral envuelto en el manto de la cosmovisión de la cultura maya. El fenómeno asombra a quienes han tenido el privilegio de observar la precisión de los arquitectos mayas y su conocimiento del movimiento astral.
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Kankí es uno más de los sitios donde la sociedad maya alcanzó su mayor desarrollo en las ciencias, artes y manejo de su medio físico natural durante el clásico tardío (600-900 d.c.) y clásico terminal (900-1000 d.c.).
Calendario agrícola
El fenómeno arqueoastronómico de Kankí o “epifanía de Kinich Ahau” fue descubierto por el arqueólogo campechano Florentino García Cruz, en noviembre del año 2000, quien propone que la alineación entre la estructura, el templo de Kinich Ahau y el Sol, que ocurre cada 1, 2 y 3 de mayo, y 7, 8 y 9 de agosto, se relaciona con el calendario agrícola.
La cara del mascarón, donde resaltan los rasgos de un anciano de grandes ojos, mandíbulas desdentadas, su boca en forma de “T” invertida y como rasgo sobresaliente el estrabismo, corresponde a la imagen del Dios Sol entre los mayas, según García Cruz.
Al ocultarse el sol en el horizonte, a las 6:56 de la tarde del horario de verano, sus rayos atraviesan las aberturas oculares del mascarón, dando la impresión de que el disco solar se transforma en las pupilas antes ausentes de las cuencas del mascarón.
El fenómeno tiene una duración de 25 minutos; desde las 18:50 hasta las 19:15 horas. Para este viernes, cuando el espectáculo astral alcanza su máxima exposición y significado, la Fundación Maya Kankí organizó una serie de actividades en esa ciudad ancestral, las cuales inician a las 16 horas, con danzas autóctonas, círculos de lectura, lectura de cuentos mayas, clases de yoga y recorridos por la antigua urbe prehispánica, previo al espectacular fenómeno.
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