Galeón del siglo XVII fomenta cultura y turismo

Hubert Carrera Palí
La Jornada Maya

San Francisco de Campeche
Martes 27 de junio, 2017

Volver al pasado pareciera cosa de la fantasía, pero no cuando se conjugan elementos físicos-visuales de un paisaje que te introducen a ese mundo donde el sello de una identidad cultural e histórica está latente luego de 500 años de la llegada de aquellos hombres barbados.

Estamos situados entre los siglos XVI y XVII en un lugar llamado Ah Kim Pech, donde la paz que perduró por mucho tiempo fue abruptamente interrumpida por el estruendo de los potentes cañones que alertaban sobre la presencia de cruentos piratas como: [i]Diego[/i], [i]El Mulato[/i], [i]Pata de Palo[/i], [i]Francis Drake[/i] y [i]Lorencillo[/i], el más sanguinario, quienes obligaron a la fortificación de la ciudad, para que no continuara siendo saqueada.

[b]Lorencillo a la mar[/b]

Revivir esta historia a bordo de un galeón que surque la bahía de San Francisco de Campeche es posible, sólo es cuestión de tomarse una hora de tiempo, relajarse y dejarse llevar por la magia de la narración de don Héctor Solís Reyes, capitán del navío que fue bautizado hace poco menos de 20 años con el nombre de [i]Lorencillo[/i], el más fiero de los piratas que surcó los mares del Caribe y quien, junto con el francés Agramont, arrasó con toda la riqueza que encontró en esta tierra de culebras y garrapatas.

El punto de partida es el Faro del Morro, situado a la vera de la avenida Resurgimiento, justamente en donde se erige un monumento al renacer de la libertad y justicia.

El sol está en pleno cenit. Hacia el atracadero llaman poderosamente la atención las plantas endémicas de la región: cocos, uvas de mar y mangle, el volar de los patos negros y en el fondo marino la transparencia del mar deja observar detenidamente el aleteo tranquilo y pausado de lizas, róbalos y sábalos. “En temporada invernal hasta el manatí hace de este muelle su refugio temporal”, narra Héctor Solís Alpuche, quien junto con su padre le apostaron a este proyecto educativo, cultural y turístico hace exactamente 20 años, en tiempos del gobernador Antonio González Curi; no obstante, comenzó a brindar servicios durante la administración siguiente, la de Jorge Carlos Hurtado Valdez.

“Antonio González Curi nos brindó todo su apoyo para hacer de este sueño una realidad: el barco pirata. Es una embarcación camaronera de cedro, pichi y caoba, hecha por ebanistas campechanos, que fue modificada y adaptada a manera de galeón, con una dimensión de 70 pies eslora para la travesía de 60 pasajeros cómodamente”, nos platica el viejo lobo de mar y amabilísimo don Héctor Solís, capitán del navío

Apenas termina el protocolo para zarpar, [i]Lorencillo [/i]se hace a la mar, a una milla náutica, desde donde luce esplendorosa la ciudad fortificada de San Francisco Campeche y su singular malecón, atractivo visual único, para muchos turistas nacionales e internacionales.

Entonces, llega el momento en que el silencio es ensordecedor cuando rugen los disparos de los cañones, quienes marcan el punto de partida de la narración de esos tiempos en que las murallas y los fuertes de San Miguel, el de San José el Alto, fueron vigías y puntos desde donde los campechanos resistían el embate de los fieros piratas.

En conjunto con el surco del mar el relato de los hechos más trascendentes de 500 años de historia, de conquista y fieros piratas va subiendo de tono y de acompañamiento musical, en tanto don Héctor Solís marca el rumbo con su brújula desde la comodidad de su timón, el cual fue colocado para la filmación de una de tantas historias que seguramente hemos visto en pantallas de cine y televisión.

[b]Rememorando historias[/b]

Una de las anécdotas más recordadas por nuestro capitán fue la acontecida una tarde de intensa lluvia, la cual le impedía divisar la orilla y el atracadero. Sin embargo, gracias a su experiencia pudo divisar ¡tierra a la vista!

Otra fue de carácter espiritual cuando el Cristo Negro de San Román, patrón de todos los campechanos, fue subido al gran galeón para protagonizar la grabación televisiva conmemorativa a la identidad de Campeche que se repetía diariamente a manera de promocional por el Canal de las Estrellas.

Otro paseo del Cristo Negro de San Román a bordo de [i]Lorencillo[/i], continúa don Héctor, fue durante la conmemoración del 450 aniversario de su llegada a tierras campechanas:

“Me pusieron lluvia y yo al frente del timón, en medio de la tormenta como capitán de esa nave trayendo al Cristo Negro de San Román a la villa de San Francisco de Campeche, procedente de Italia, por un desvío de mi ruta real”, señala don Héctor Solís sin perder el rumbo de la proa, de la cual destaca la cabeza de un dragón mitológico tallado en pura madera de la región.

El galeón tipo español también fue empleado para el rodaje de la película Pecado Original (2001), protagonizada por Angelina Jolie y Antonio Banderas; más recientemente fue utilizado en la telenovela Pasión, producida por Televisa.

Don Héctor Solís dice que mantener un barco de esta naturaleza es muy costoso, pero su pasión y deseo de contribuir, junto con su hijo Héctor Solís Alpuche, a actividades de esparcimiento con contenidos históricos y de fomento al turístico, simple y sencillamente es muy reconfortante.

[b]Entusiasmo en popa[/b]

El galeón incluía además del paseo y narración musicalizada con efectos de esa época, la escenificación de una batalla a bordo, con miembros de la tripulación que portaban vestimenta de piratas. No obstante, entre 2014 y 2015, periodo en que la nave se sometió a una inspección, ya que cuenta con Certificado de Seguridad Marítima, estuvo parada por varios meses, debido a asuntos burocráticos, pese a que se solventaron inmediatamente las observaciones hechas por autoridades portuarias.

Lo anterior, motivó a que ya no se pudiera seguir sosteniendo económicamente a los integrantes del espectáculo, pero el entusiasmo no decayó. Lorencillo continuó sin surcar los mares de Campeche por más tiempo, hasta que por fin, la prolongada espera terminó. Reanudó nuevamente sus paseos sin este espectáculo.

Don Héctor, empresario campechano, ofrece trabajo a un importante número de empleados, ya que además del barco pirata es propietario de uno de los restaurantes más selectos de Campeche El Faro del Morro, en donde la especialidad es una suculenta tortilla rellena de camarones, además de contar con un servicio de marina para pesca deportiva, cayac y paseo en lancha a quien lo desee.

Actualmente, [i]Lorencillo [/i]presta servicios los fines de semana. Durante la temporada vacacional baja realiza dos paseos: a las 12:00 y a las 17:00 horas; en tanto, durante temporadas altas, diariamente.

El galeón tipo español del siglo XVII es único en todo el Golfo de México, conserva el 80 por ciento de su estructura original y ofrece, además de un inolvidable paseo, un repaso por la historia de Campeche durante la travesía.

Los precios son bastante accesibles para toda la familia, pues para don Héctor Solís servirle de este modo a Campeche resulta verdaderamente gratificante. Hoy que el gobierno de Alejandro Moreno Cárdenas inicia el proyecto Pirata Fest, sin duda, [i]Lorencillo [/i]será de gran aporte para enriquecer y detonar este producto turístico, el cual pretende tener dimensiones del tamaño del Festival Internacional del Centro Histórico y del [i]Festival Internacional de Jazz[/i].