Texto y foto: Afp
La Jornada Maya
Londres, Inglaterra
Miércoles 28 de febrero, 2018
Reino Unido no aceptará “jamás” la puesta en duda de su integridad, dijo la primera ministra británica, Theresa May, ante los diputados británicos en reacción a la propuesta europea para evitar una vuelta a la frontera “dura” entre Irlanda e Irlanda del Norte.
El jefe negociador de los europeos, Michel Barnier, presentó una primera versión de 120 páginas del tratado del Brexit, que traslada a lenguaje jurídico los compromisos alcanzados en diciembre sobre tres cuestiones clave: la situación de los expatriados, la factura de la ruptura del Reino Unido con la UE y el futuro de la frontera irlandesa.
“Si queremos tener éxito en esta negociación, y yo quiero tenerlo, debemos acelerar”, indicó Barnier, recordando que apenas quedan 13 meses para el Brexit, previsto el 29 de marzo de 2019. La semana que viene está programada una nueva ronda de negociaciones, señaló.
Barnier detalló algunos fragmentos del texto publicado este miércoles –que aún tiene que ser discutido entre los 27 socios comunitarios antes de presentárselo a Londres– entre ellos una parte especialmente sensible, referida a la frontera irlandesa.
En diciembre, la parte británica se había comprometido a evitar el regreso de una frontera física a la isla.
[b]“No quiero provocar”[/b]
En su proyecto de tratado, Bruselas propone que, a falta de otra solución, se establezca “un espacio reglamentario común” que incluya a la UE y a la provincia británica “sin fronteras interiores”.
Pero ese escenario parece incompatible con las líneas rojas de Londres, que quiere salir del mercado único y de la unión aduanera y evitar cualquier “barrera reglamentaria” entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido.
“No quiero provocar a nadie. Conozco el orden institucional o constitucional de Reino Unido, y todos debemos respetarlo”, afirmó Barnier. “Intentamos encontrar soluciones de manera práctica y pragmática en el marco legal”, afirmó.
“El borrador legal que ha publicado la Comisión (Europea), si se aplica, socava el mercado común británico y amenaza la integridad constitucional del Reino Unido”, dijo May, y subrayó que “ningún primer ministro daría jamás su acuerdo” a esta propuesta.
El proyecto de tratado incluye también las reglas del juego del periodo de transición que Reino Unido desea tener tras su salida, para evitar los efectos que podría tener una separación brusca, a la espera de que las dos partes concluyan los acuerdos comerciales.
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