Texto y foto: Reuters
La Jornada Maya
Maracaibo, Venezuela
Jueves 28 de mayo, 2020
En Venezuela, la escasez de gasolina se ha sumado a la crisis de la salud por la pandemia del COVID-19. Ante la falta del combustible para los vehículos, algunos residentes de ese país han optado por reformar sus vehículos para que funcionen con gas de cocina.
Se trata de improvisadas modificaciones que ingenieros describen como “peligrosas” y que estuvieron relacionadas con un par de explosiones a principios de mayo.
La nación miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y con las mayores reservas de crudo del mundo, está sufriendo la peor escasez de combustible en su historia debido a que la red de refinerías apenas funciona. El presidente Nicolás Maduro asegura que las sanciones de Estados Unidos dificultan además la importación de este derivado del petróleo.
Los mecánicos y, a veces, los propios conductores renuevan los sistemas de combustible de los vehículos con un cilindro de propano como el que generalmente se usa para las cocinas domésticas, una forma de evitar las filas en las estaciones de servicio que a veces dejan a las personas esperando varios días para abastecer sus autos con gasolina.
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“No hay combustible y tuve que poner mi carro así para poder trabajar”, dijo Senen Aguirre, de 25 años, en la ciudad de Maracaibo, al extremo noroeste del país, donde el uso de cilindros de gas se utiliza comúnmente en el transporte público.
Aguirre, quien alteró su propio motor con equipos que incluían una manguera como las utilizadas para cocinas, dice que el sistema es seguro a pesar de reconocer que el auto huele mucho a gas. Sostiene que le preocupa más tener que pagar a la policía para que no confisque su automóvil porque la reforma es ilegal.
Esta situación es un marcado contraste con la era en que la industria petrolera de Venezuela hizo que el combustible fuera casi gratis.
Los automóviles alimentados con gas natural son comunes en todo el mundo, pero en la mayoría de los casos fueron diseñados originalmente de esa manera por los fabricantes y están sujetos a la regulación gubernamental.
Edición: Mirna Abreu
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