Afp y Sputnik
Al menos 45 personas murieron y un centenar resultaron heridas al colapsar una grada metálica durante una fiesta religiosa en el Monte de Meron, región de Galilea, informaron los servicios de emergencia del país.
De los lesionados se reportó que seis se encuentran en estado crítico, 18 en condiciones serias, y más de 40 con golpes menores, de acuerdo con la Magen David Adom (MDA, equivalente israelí de la Cruz Roja), publicó el diario Haaretz en su portal.
Miles de fieles participaban anoche en la peregrinación anual en el norte de Israel, en el mayor acto público en el país desde el inicio de la pandemia de Covid-19.
La peregrinación, que celebra la festividad judía de Lag Baomer, se realiza en Meron, en torno a la tumba de Rabí Shimon Bar Yojai, talmudista del siglo II a quien se atribuye la redacción del Zohar, una obra central de la mística judía.
Lag Baomer es una festividad alegre que conmemora el final de una epidemia devastadora entre los alumnos de una escuela talmúdica en esa época.
Las autoridades autorizaron la presencia de 10 mil personas en el recinto de la tumba pero, según los organizadores, en todo el país se fletaron más de 650 autobuses, lo que supone que asistieron al menos 30 mil personas. La prensa local estimó la afluencia en 100 mil.
Pasada la medianoche el graderío se desplomó, lo que provocó pánico y una estampida. La prensa israelí mostró la imagen de una decena de cuerpos inertes alineados en bolsas de plástico rodeados de socorristas sobre una pista de asfalto.
Próximo domingo, día de luto nacional
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, a declaró el próximo domingo día de luto.
"Me gustaría declarar el domingo como jornada de duelo nacional. Unámonos todos al dolor de las familias y oremos por el bienestar de los heridos", dijo el jefe de Gobierno al visitar el lugar de la tragedia en el Monte Merón de Galilea, en el norte del país, donde siguen las tareas de identificación de casi medio centenar de víctimas mortales.
Netanyahu aseguró que la avalancha humana de esta madrugada, mientras decenas de miles de judíos ultraortodoxos celebraban con cánticos, bailes y hogueras, "es uno de los peores desastres que ha sufrido el Estado de Israel".
"Nuestros corazones están con las familias y heridos, a quienes deseamos una pronta recuperación", agregó, lamentando las "escenas desgarradoras" que se vivieron en el lugar durante la noche pasada.
Muchas personas "murieron aplastadas, incluido los niños", añadió el primer ministro, que concretó que "muchas de las víctimas aún no han sido identificadas", por lo que instó a evitar difundir rumores por redes sociales y pidió "dejar que las autoridades trabajen".
A su vez, elogió a los cuerpos policiales, equipos médicos de emergencia y fuerzas de rescate por haber realizado "una rápida tarea" de socorro y haber prevenido "un desastre mucho peor".
El presidente israelí, Reuvén Rivlin, honoró también la memoria de las víctimas encendiendo 45 velas por cada una de ellas frente a su residencia oficial en Jerusalén, donde se abrió un centro de llamadas de urgencia para ayudar a familias que buscan a seres queridos que siguen en paradero desconocido desde el incidente.
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