Amy Winehouse era una promesa musical: su carrera iba en rápido ascenso y muy joven consiguió llevarse cinco premios Grammy en una sola entrega realizada en 2008. Sin embargo, años después falleció a consecuencia de sus excesos.
El 23 de julio de 2011 Amy fue encontrada muerta en su departamento en Londres. Tenía apenas 27 años, la misma edad a la que fallecieron Jim Morrison, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Cobain, otros artistas igual de talentosos.
Debido a su antecedente de excesos con las drogas como la cocaína, heroína y el crack, al enterarse de su muerte diversos medios especularon que una sobredosis habría sido la que acabó con su vida.
Sin embargo, de acuerdo con la necropsia dada a conocer por un forense de Londres, Amy estaba limpia de drogas y murió por un paro respiratorio ocasionado por una intoxicación de alcohol.
Winehouse se encontraba en periodo de abstinencia y tuvo una recaída en la que consumió grandes cantidades de alcohol: su cuerpo tenía 416 miligramos de alcohol por cada decilitro de sangre, lo que equivalía a cinco veces el nivel de alcohol permitido para poder manejar en Inglaterra.
En la habitación de la cantante fueron halladas varias botellas vacías de vodka.
Los médicos que la trataban declararon que en su lucha contra el alcoholismo Amy tenía periodos de abstinencia que rompía con intensas borracheras.
La última ocasión duró 17 días sin consumir bebidas embriagantes y el reporte final de la causa de su muerte su toxicidad por alcohol.
Hace 10 años murió Amy Winehouse dejando una marca en la escena musical con únicamente dos álbumes de estudio, los cuales fueron multipremiados.
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