Dak Prescott no contará con uno de sus principales receptores y uno de los tacles titulares de la temporada pasada cuando el quarterback intente dejar atrás más de 25 años de fiascos y llevar a los Vaqueros de Dallas a las instancias finales de los playoffs.
Las dudas en la ofensiva son más grandes que en la defensiva liderada por Micah Parsons. Es algo inusual para una franquicia que ha presumido de tener a Prescott y Tony Romo como baluartes, así como al dos veces líder corredor de la NFL, Ezekiel Elliott.
Prescott prefiere enfocarse en el regreso del receptor CeeDee Lamb y el tacle Terence Steele, en vez de las salidas de Amari Cooper y La’el Collins.
“Nunca verán algo en mi vida que se vea como un paso atrás”, dijo Prescott. “Tienes la oportunidad de avanzar. Si no lo haces estarás en problemas”.
Si no avanza en la postemporada podría meter en problemas al entrenador Mike McCarthy. Ya pasaron casi seis temporadas desde que ganó en playoffs, con Green Bay en la de 2016. Dallas no disputa el duelo de campeonato de la Conferencia Nacional desde que conquistó su último Super Bowl, en la campaña de 1995 — la sexta sequía activa más larga en la NFL.
Mañana, a las 19 horas, los Vaqueros (1-1) reciben a Seattle, en la tercera y última jornada de la pretemporada.
Edición: Ana Ordaz
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