La cementera francesa Lafarge se declaró culpable el martes de pagar millones de dólares al grupo Estado Islámico para que una planta en Siria pudiera seguir operando, un caso que el Departamento de Justicia estadunidense dijo era el primero de su tipo.
La empresa acordó pagar multas punitorias de 91 millones de dólares y perder el derecho a otros 687 millones para un total de 778 millones de dólares aproximadamente.
Los fiscales acusaron a la empresa de cerrar los ojos a la conducta de la milicia y de pagarle cuando secuestraba y torturaba a occidentales.
“Los acusados enviaron casi 6 millones de dólares en pagos ilícitos a dos de las organizaciones terroristas más nefastas del mundo —el ISIS y el Frente al-Nusrah en Siria— cuando esos grupos atajaban brutalmente a civiles inocentes en Siria y conspiraban para atacar a estadunidenses”, dijo en un comunicado el fiscal general adjunto Matthew Olsen, el funcionario de seguridad nacional de mayor jerarquía en el Departamento de Justicia.
“No existe la menor justificación para que una empresa multinacional autorice pagos a una organización designada como terrorista”, añadió.
Los cargos fueron presentados por fiscales federales en Nueva York y altos funcionarios de Justicia en Washington.
La conducta objeto de la acusación fue investigada anteriormente por las autoridades en Francia.
ISIS es la sigla con la que se conoce el grupo Estado Islámico de Irak y Siria.
Edición: Ana Ordaz
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