Luka Modric se levantó la camiseta hasta cubrirse el rostro, mientras avanzaba hacia una línea de banda.
Vestidos de rojo y blanco, los aficionados reconocieron el significado triste del momento y se levantaron para aplaudir al bajito mediocampista, que es probablemente el mejor futbolista en la historia de Croacia. Poco después, los ruidosos hinchas argentinos hicieron lo propio en el Lusail Stadium. Rindieron un homenaje a un rival que se marchaba de la que fue casi seguramente su última copa del mundo.
Sustituido a los 78 minutos del partido de ayer, cuando su equipo perdía por tres goles, Modric se despidió. Croacia terminó cayendo por 3-0 ante Argentina en la semifinal, cuatro años después de que el conjunto balcánico sucumbió frente a Francia en el encuentro por el título. Modric lució muy serio cuando fue sustituido por Lovro Maher. Con total calma se sentó en el banquillo.
“Queríamos volver a la final”, dijo Modric. “Lamentablemente no pudo ser”.
Después de conducir a Croacia a la final en Rusia, volvió a ser la inspiración de un país con unos 4 millones de habitantes. La selección de la camiseta ajedrezada llegó a una semifinal mundialista por segunda vez consecutiva.
Messi no fue la única figura que apareció en el estadio Lusail.
Modric es considerado por muchos uno de los mejores mediocampistas de la historia y su desempeño en Qatar muestra que tiene todavía algo que dar. Podría jugar en la Eurocopa de 2024, que marcaría el fin de su trayectoria internacional.
Edición: Ana Ordaz
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