Un grupo de investigadores de la University College de Londres (UCL), coliderado por la ingeniera Carmen Salvadores y la doctora Shireen Jaufuraully, ha presentado un guante inteligente diseñado para ayudar a los médicos y comadronas en los partos difíciles.
Tras probarlo en el laboratorio con modelos de feto, el equipo de investigadores y los médicos que colaboran en el estudio han validado la utilidad del guante para detectar la posición de los fetos mediante sensores y para indicar la fuerza que deben ejercer sobre la cabeza del bebé y evitar riesgos.
En los siguientes meses lo probarán partos reales. El precio del guante tiene un costo de 1 euro (alrededor de 20 pesos mexicanos). Por ello, los responsables del estudio consideran que puede ser especialmente útil en países en vías de desarrollo.
Los investigadores comenzaron el estudio a partir de un simple guante quirúrgico sobre el que imprimieron sensores de presión y fuerza flexibles. Estos sensores están conectados a una aplicación móvil que permite ver los datos a tiempo real.
Carmen Salvadores, nacida en León en 1997, se trasladó a Londres a los 18 años para cursar estudios de Ingeniería Mecánica en la University College de Londres (UCL), donde actualmente realiza un doctorado en el laboratorio Nanoengineered Systems Lab con una beca de posgrado en el extranjero de la Fundación "la Caixa".
Su doctorado se centra en el diseño de nanocompuestos avanzados para electrónica flexible, sensores táctiles y dispositivos de monitorización. Su supervisor, el profesor Manish K. Tiwari, y el resto de equipo comenzó desarrollando diferentes tipos de sensores para la salud.
A raíz de conversaciones con los médicos con los que colaboran surgió la idea de implantar sensores directamente en guantes quirúrgicos.
Desde entonces, la doctora Shireen Jaufuraully (ginecóloga y coautora del estudio) y la ingeniera leonesa han estado trabajando en crear los modelos de fetos y en validar los sensores táctiles que hacemos en el laboratorio.
Poco a poco han ido mejorando el diseño de los sensores para que sean más eficaces y precisos. En los siguientes meses, tienen previsto hacer un estudio con más médicos de diferentes niveles que irán a su laboratorio a probarlos, y esperan poder probar en personas en el futuro.
"Los sensores están hechos de materiales seguros, biocompatibles y no tóxicos, y además el guante va cubierto por otro guante estéril encima. Los sensores siguen funcionando con esta capa superior de guante quirúrgico encima", ha explicado Carmen Salvadores.
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