Los visitantes de uno de los monumentos más emblemáticos de Florencia, el baptisterio de San Giovanni, frente al Duomo de la ciudad, tienen la oportunidad única de ver de cerca los mosaicos del techo gracias a un enfoque innovador, a un esfuerzo de restauración planificado.
En lugar de limitar el acceso del público durante los seis años de limpieza de la bóveda, los funcionarios construyeron una plataforma de andamiaje para los restauradores de arte que también permitirá que un pequeño número de visitantes vea los mosaicos del techo a la altura de los ojos.
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“Tuvimos que convertir esta ocasión en una oportunidad para hacerlo aún más accesible y útil para el público a través de rutas especiales que pondrían a los visitantes en contacto directo con los mosaicos”, señaló Samuele Caciagli, el arquitecto a cargo del sitio de restauración.
En una entrevista con The Associated Press, Caciagli calificó la nueva gira de andamios de la bóveda del baptisterio como “una oportunidad única que es poco probable que se repita en las próximas décadas”.
La plataforma del andamio brota como un hongo del piso del baptisterio y alcanza una altura de 32 metros (105 pies) desde el suelo. Las visitas están programadas para comenzar el 24 de febrero y deben reservarse con anticipación.
El baptisterio de forma octogonal es uno de los monumentos más visibles de Florencia. Su exterior presenta un patrón geométrico alternado de mármol blanco de Carrara y verde de Prato y tres grandes puertas de bronce que representan escenas bíblicas.
En el interior, sin embargo, hay espectaculares escenas de mosaicos del Juicio Final y Juan Bautista que datan del siglo XIII y se crearon con unos 10 millones de piezas de piedra y vidrio en mil metros cuadrados de cúpula y pared.
El proyecto de restauración de seis años es el primero en más de un siglo. Se trata inicialmente de realizar estudios sobre el estado actual de los mosaicos para determinar lo que hay que hacer. El trabajo esperado incluye abordar cualquier daño causado por el agua al mortero, eliminar décadas de suciedad y volver a colocar las piedras para evitar que se desprendan.
″(Esta primera fase) es un poco como el diagnóstico de un paciente: se lleva a cabo toda una serie de investigaciones diagnósticas para comprender qué patologías de degradación están presentes en el material del mosaico, pero también en todo el paquete adjunto que sujeta este material del mosaico. la estructura detrás de él”, señaló Beatrice Agostini, quien está a cargo del trabajo de restauración.
El baptisterio de San Giovanni y sus mosaicos han sufrido restauraciones previas a lo largo de los siglos, muchas de ellas ineficientes o incluso perjudiciales para la estructura. Durante un esfuerzo fallido en 1819, se desprendió una sección completa de mosaicos. Los daños persistentes por agua debido a goteras en el techo no se resolvieron hasta 2014-2015.
Roberto Nardi, director del Centro de Conservación Arqueológica, la empresa privada que administra la restauración, dijo que el trabajo planeado no introduciría ningún material extraño a los tipos originales de piedra y mortero utilizados hace siglos.
“Es una mezcla de ciencia, tecnología, experiencia y tradición”, señaló.
Los orígenes del baptisterio son algo así como un misterio. Algunos creen que alguna vez fue un templo pagano, aunque la estructura actual data de los siglos IV o V.
Edición: Estefanía Cardeña
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