Un antiguo miembro de los Testigos de Jehová mató este jueves a siete personas a tiros en una sala de la congregación en la ciudad alemana de Hamburgo antes de quitarse la vida tras la llegada de la policía al lugar.
Entre los fallecidos había un bebé recién nacido, explicó la policía, que no aclaró si la madre se encontraba entre las víctimas mortales. Ocho personas más resultaron heridas, cuatro de ellas de gravedad.
Por el momento se desconocía el motivo de la balacera que conmocionó esta noche a la segunda mayor ciudad del país, pero la fiscalía indicó que no había evidencias de vínculos terroristas.
El canciller alemán, Olaf Scholz, exalcalde de Hamburgo, describió el incidente como “un acto de violencia brutal”.
Una unidad de operaciones especiales que estaba cerca llegó cinco minutos más tarde y pudo separar al pistolero del resto de la congregación, explicó el ministro de Interior del estado de Hamburgo, Andy Grote.
“Podemos asumir que salvaron muchas vidas”, agregó durante una conferencia de prensa en la que calificó la balacera como “el peor crimen que ha vivido nuestra ciudad recientemente”.
Las autoridades dijeron que el agresor era un hombre de nacionalidad alemana de 35 años identificado únicamente como Philipp F., y que había abandonado la comunidad hace unos 18 meses, "aparentemente no en buenos términos". Durante el ataque disparó más de 100 balas.
El jefe de la policía de Hamburgo, Ralf Martin Meyer, apuntó que el hombre tenía licencia de armas y poseía una pistola semiautomática de forma legal. El sospechoso había sido investigado antes por las autoridades, que recibieron un aviso acerca de su aptitud para portar armas, pero no se detectó ninguna infracción, indicó.
David Semonian, vocero de Testigos de Jehová basado en Estados Unidos, dijo a The Associated Press en un comunicado enviado por correo electrónico en la madrugada del viernes que miembros “en todo el mundo lloran por las víctimas de este hecho traumático”.
El lugar del tiroteo fue el Salón del Reino de los Testigos de Jehová, un edificio moderno de tres pisos ubicado al lado de un taller mecánico.
Los Testigos de Jehová forman parte de una iglesia internacional fundada en Estados Unidos en el siglo XIX, con sede está en Warwick, Nueva York. Dicen contar con unos 8,7 millones de miembros en todo el mundo y aproximadamente 170 mil en Alemania.
Sus miembros son conocidos por sus labores evangélicas, que incluyen ir de puerta en puerta y distribuir literatura en plazas públicas. Entre las prácticas distintivas de la iglesia están la negativa a portar armas, a recibir transfusiones sanguíneas, a saludar una bandera nacional o a formar parte de un gobierno laico.
En Alemania, las leyes sobre armas son más restrictivas que en Estados Unidos pero permisivas en comparación con las de otras naciones europeas, y los tiroteos no son inusuales.
El año pasado, un joven de 18 años abrió fuego en una conferencia multitudinaria en la Universidad de Heidelberg y mató a una persona e hirió a otras tres antes de suicidarse. En enero de 2020, un hombre mató a tiros a seis personas, entre las que estaban sus padres, e hirió a otras dos en el suroeste del país, y un mes después, un tirador que publicó un discurso racista en Internet acabó con la vida de nueve personascerca de Fráncfort.
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