Una tijera celta y otros objetos de 2 mil 300 años de antigüedad fueron hallados en buen estado de conservación en Múnich (Alemania) como resultado de excavaciones arqueológicas.
El artefacto se encontraba en el interior de una tumba, llamando la atención por su estado de conservación, ya que aún mostraba cierto brillo. Aparte de las tijeras, también hallaron una espada, restos de un escudo y la punta de una lanza, así como una navaja y un peroné.
Según los expertos, las tijeras podrían haberse usado para cortar pelo o tela, así como para esquilar ovejas.
La espada fue calentada deliberadamente, doblada y, por tanto, inutilizada. Es posible que alguien quisiera destruir el arma para evitar el saqueo de la tumba. El objeto se habría puesto a disposición del muerto en la otra vida, destruyéndola ritualmente en este mundo, o habría sido una precaución para calmar su espíritu potencialmente inquieto. Las reliquias encontradas indican que el difunto tenía un estatus elevado en la sociedad.
Del siglo III a.C. al siglo II a.C. los celtas quemaban a los fallecidos y enterraban los restos en tumbas junto con los ajuares funerarios.
Edición: Estefanía Cardeña
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