En Eslovaquia los cisnes pueden hacer lo que quieran, incluso ser drogadictos con total impunidad gracias a una ley que los protege no sólo de la caza sino de cualquier mínima molestia.
Esta ley es también la responsable de que un grupo de cisnes que ha invadido y devorado un campo de amapolas no pueda ser retirado de la zona o rehabilitado de una adicción que incluso ya les impide volar.

De acuerdo con el testimonio de Pém Bálint, el agricultor afectado los cisnes, llegaron a su campo de amapolas desde el pasado febrero. Era un grupo de aproximadamente 150 aves que se ha ido reproduciendo.
Los cisnes comen las plantas y se puede apreciar sus efectos en ellos, como el hecho de que se vean desorientados y tengan dificultades para volar.

El agricultor manifestó su preocupación porque aseguró que los cisnes están drogados y son presa fácil de depredadores. Además, dice que es probable que algunos ejemplares fallecieron a causa de una sobredosis.
Debido a que es una situación inédita, ni siquiera las autoridades saben cómo manejar estos hechos y han propuesto que el productor de amapola solicite una excepción que le permita ahuyentar a las aves.
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