Son 18 personas muertas con el mismo número de historias fascinantes unidas por las condiciones naturales que mantienen sus cuerpos en perfecto estado de conservación, incluso décadas después de su muerte.
En la Chiesa dei Morti, (Iglesia de los Muertos), ubicada en Urbania, Italia, existe una sección conocida como el Cementerio de las Momias, que es la zona que resguarda estos cadáveres desde 1833.
En tan sólo 10 minutos, los visitantes pueden escuchar de Giovanni Maestrini, guía y guardián de la iglesia, las historias detrás de cada una de las personas exhibidas.
Por ejemplo, está un joven con síndrome de Down, una mujer que murió durante una cesárea y el que más llama la atención: el hombre que fue enterrado vivo.
La Iglesia de los Muertos existe gracias a la Cofradía de la Buena Muerte, una hermandad creada por 120 hombres quienes en 1567 acordaron dedicarse a la sepultura de los muertos, dar asistencia a los moribundos, distribuir limosna a los pobres y llevar un registro de las defunciones en la ciudad.
Tras la recolección de los cuerpos perfectamente momificados gracias al hongo Hipha bombicina pers que deseca el cadáver y evita la putrefacción, la hermandad acordó en 1831 la construcción de una zona de la iglesia para la conservación y exhibición de las momias, que actualmente atraen a cientos de curiosos.
El Cementerio de las Momias es el ala mayor de la Iglesia de los Muertos, pero el recinto resguarda pinturas y figuras religiosas de alto valor para los habitantes de la ciudad de Urbania.
Los turistas son recibidos por Giovanni Maestrini y pueden permanecer un breve tiempo en el Cementerio de las Momias para continuar su recorrido por toda la iglesia.
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