No hace mucho tiempo atrás -tal vez hace un año, quizás seis meses-, Ons Jabeur no hubiera podido recuperarse del déficit en el que se encontró durante las semifinales de Wimbledon. Abajo un set. Quiebre abajo en el segundo set. A un tris de quedar a un juego de la derrota.
La tenista acredita a una psicóloga deportiva por ayudarle a entender cómo responder a esas circunstancias. Gracias en parte a eso, y a su entereza en el tramo final del duelo en la Cancha Central, Jabeur alcanzó ayer su segunda final consecutiva en el All England Club y la tercera en los últimos cinco torneos de “Grand Slam”.
Lo que quiere ahora es el trofeo de campeona. La sexta cabeza de serie se ganó el derecho de pelear otra vez por el título tras derrotar 6-7 (5), 6-4, 6-3 a Aryna Sabalenka.
“Estoy muy orgullosa de mí misma. La Ons del pasado, seguro que hubiera perdido este partido y ya estaría en mi casa”, dijo Jabeur.
La tunecina de 28 años ya ha hecho historia por ser la única mujer árabe y única del norte de África en alcanzar la final de una de las grandes citas del tenis.
Jabeur se enfrentará en la final de mañana a Marketa Vondrousova, una zurda de la República Checa.
Vondrousova se convirtió en la primera finalista no preclasificada en Wimbledon desde Billie Jean King en 1963, tras doblegar 6-3, 6-3 a la ucraniana Elina Svitolina.
Al igual que Jabeur, Vondrousova ha estado en la final de un grande previamente. Al igual que Jabeur, nunca ha ganado uno.
Edición: Ana Ordaz
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