Los restos de una adolescente de entre 12 y 15 años de edad hallados en un sitio arqueológico brasileño revelaron los cuidados que la comunidad le brindó durante toda su vida, antes de la Colonia.
Jessica, como la nombraron los investigadores, fue una niña indígena que padecía espina bífida, una discapacidad que le impedía moverse, sin embargo, las personas que la rodeaban se encargaron de proporcionarle artefactos para que se desarrollara y pudiera vivir más de lo estimado.
La Universidad Federal de Piauí, en Brasil, informó que el cuerpo de la joven fue encontrado en el Sitio Arqueológico Toca do Olho D'Água das Andorinhas junto a artefactos que facilitan la movilidad, un brazalete y una trenza de algodón, lo que demuestra los cuidados de su comunidad tanto en vida como después de la muerte.
También se encontraron cerca de mil cuentas de madera, que confirman el ritual precolonial.
“La investigación sugiere que se trataba de una niña muy bien cuidada por la comunidad donde nació y que esas personas dedicaron tiempo, recursos, conocimientos médicos y atención para que sobreviviera a una grave malformación congénita.
“Esta niña es un testimonio de la empatía y solidaridad de su grupo hacia alguien que lo necesitaba para sobrevivir, y también de la capacidad de las comunidades indígenas en lo que respecta al cuidado de la salud”, señaló Cláudia Cunha, coordinadora del Laboratorio de Osteoarqueología de la UFPI.
Por las características de su entierro, se sabe que Jessica era una joven indígena prehispánica, pero falta la datación de carbono para confirmar la época de su muerte.
Además, la universidad brasileña destacó que fue gracias a los cuidados de la comunidad que Jessica pudo llegar a la etapa juvenil a pesar de tener espina bífida.
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